Mientras que la Fed redujo su tasa de interés en un 0.25% esta semana a una banda entre 1.75 y 2%, el Banco de Inglaterra no ha tocado su tasa. Por supuesto, el Banco de Inglaterra tiene menos margen de maniobra que la Reserva Federal: su tasa de interés es del 0,75%, un porcentaje total por debajo del límite inferior de su contraparte estadounidense, pero infinitamente más alta (por definición) que la tasa del BCE del 0%.
El principal problema que enfrenta el Banco de Inglaterra, y por supuesto las empresas del Reino Unido, es el Brexit y la incertidumbre inherente a su alrededor. Por ley, el Reino Unido debe solicitar a la UE una extensión (que probablemente otorgaría) el 19 de octubre de 2019 a menos que Boris Johnson haya asegurado un acuerdo que el parlamento respaldará, o (aún menos probable) votos para abandonar la UE sin acuerdo. Sin embargo, Johnson, mientras afirma que respetará la ley, ha reiterado su promesa contradictoria de que el Reino Unido abandonará la UE el 31 de octubre de 2013, independientemente de si hay un acuerdo (o ley, se supone). Su decisión de aconsejar a la Reina que prorrogue el parlamento hasta el 14 de octubre de 2019 está siendo considerada actualmente por la Corte Suprema del Reino Unido, pues algunos afirman que el consejo fue ilegal ya que tenía la intención de restringir el escrutinio parlamentario en el período previo al Brexit, y se espera un fallo la próxima semana. Por lo tanto, no es una exageración afirmar que nadie en el planeta sabe con certeza lo que sucederá con el Brexit en las próximas semanas. Sin embargo, si Johnson se niega a acatar el fallo de la Corte Suprema (si este fuera en su contra) como se ha sugerido, es probable que enfrente y pierda un voto de confidencia que podría desencadenar una nueva elección general (a menos que una administración alternativa pueda ser formada dentro de los 14 días de la votación, lo que exigiría la confianza de la Cámara).
Recuerde: ¡las empresas odian la incertidumbre!
Como un Brexit sin acuerdo parece más probable, la libra se desploma; Las noticias que sugieren un retraso en el Brexit o la posibilidad de un acuerdo empujan a la libra esterlina más alto. La economía del Reino Unido se está desacelerando debido a la incertidumbre del Brexit y la desaceleración general de la economía global, exacerbada por las guerras comerciales de Trump. Si bien la reducción de las tasas (desde una base ya muy baja) puede estimular la economía, debilitaría a la libra esterlina. En este contexto, no es sorprendente que el Banco de Inglaterra haya decidido no cambiar la tasa esta vez. Para su próxima reunión programada (7/11/19), Brexit habrá sucedido, o no. De lo contrario, la ley dicta que se habrá obtenido una extensión hasta finales de enero y es muy probable que el Reino Unido avance hacia un "Voto popular" y/o una nueva elección general. Esa eventualidad probablemente empujará a la libra esterlina más alto.