El Banco Nacional Suizo resolvió no modificar los tipos de interés en un -0,75% la semana pasada (la tasa de depósito más baja del mundo), razonando que era necesario debido a las perspectivas de inflación de la economía suiza. El índice de precios al consumidor suizo se encontraba en territorio negativo en -0,1 por ciento (mensual) en noviembre, tras situarse en -0,3 por ciento en octubre. El BNS también anunció que prevé que el nivel de inflación se sitúe en el 0,3% este año y en el 0,6% en 2020.
El papel primordial de los bancos centrales es garantizar la estabilidad monetaria, lo que significa mantener baja la inflación. Al igual que sus homólogos del Banco Central Europeo, el GEN considera que un nivel aceptable de inflación está por debajo del 2%.
No obstante, los últimos datos de inflación no sólo significan que el banco ha estado luchando por mantener los niveles de inflación cerca de este objetivo, sino que también significa que la economía suiza está sufriendo una deflación, lo que no es una buena noticia, ya que la inflación negativa persistente afecta negativamente a la productividad y a los flujos de efectivo, y también aumenta los niveles de desempleo.
Luego de que el Banco emitiera su decisión, el franco suizo logró recuperarse frente al dólar, y el par USD/CHF registró mínimos de hace tres meses atrás en los 0.9813, además de seguir una tendencia fuertemente bajista durante la semana pasada.
Esto ocurrió a pesar de que se esperaba que el anuncio del banco aliviara la presión alcista sobre el franco suizo, ya que la incertidumbre subyacente asociada a la guerra comercial y a la crisis política de Brexit parece ser un factor más importante para los inversores, lo que hace que el dólar sea relativamente menos atractivo que su homólogo suizo. El par intentó recuperarse tras los últimos comentarios optimistas de Trump sobre las negociaciones comerciales entre Estados Unidos y China, pero aún así cerró en territorio negativo el viernes.
El Banco Nacional Suizo también destacó su disposición a intervenir en el mercado de divisas. Esto se debe a un hecho bien conocido sobre el franco suizo: los agentes del mercado lo consideran una moneda "refugio", lo que quiere decir que en tiempos de incertidumbre es más atractiva para los inversores reacios al riesgo, haciendo que su valor aumente de forma significativa durante esos períodos. Esto plantea un problema para los responsables políticos suizos, ya que la valoración de una moneda está correlacionada negativamente con los niveles de exportación, es decir, cuanto mayor sea el valor del franco suizo, peores serán los niveles de exportación del país.
Mientras tanto, el BNS no ha descartado la idea de una mayor flexibilización monetaria en el futuro, o eso parecía en la última entrevista del presidente del BNS en la radio suiza.
"En este momento está muy claro que la política monetaria actual es la correcta. Ciertamente podríamos reducir las tasas de interés si fuera absolutamente necesario, pero eso no es algo que pretendamos hacer por ahora", dijo el presidente del BNS, Thomas Jordan, durante una entrevista radial el sábado.
Durante otra entrevista con CNN Money, Jordan también defendió la decisión del Banco de mantener su objetivo de inflación cerca del 2%.
"Somos una economía pequeña y abierta. Estamos expuestos a muchos choques desde el extranjero, por lo que la inflación a veces puede ser un poco más alta o un poco más lenta, pero con el tiempo (esta definición) es muy útil", explicó.
El BNS espera una mejor situación económica mundial para 2020, mientras que prevé un aumento del 1 por ciento en el PIB para 2019. Según sus proyecciones, el PIB suizo aumentará del 1,5% al 2% durante el próximo año, reflejando la "reafirmación gradual esperada en la actividad económica mundial", así como los efectos de los próximos Juegos Olímpicos de verano.