La semana pasada, el Banco de Japón resolvió mantener las tasas de interés en efectivo sin variaciones en -0.1 %, afirmando que la economía japonesa permanecerá en una senda de crecimiento moderado y destacando los posibles efectos de la actual situación económica mundial arriesgada y sugiriendo que los responsables del Banco de Japón no tienen ninguna prisa por aumentar o ampliar sus esfuerzos de estímulo.
Asimismo, el Banco de Japón publicó recientemente las actas detalladas de su reunión de finales de octubre y no mostró nada que no haya sido anteriormente anunciado por el propio banco o por sus miembros.
Estos datos demuestran que el acuerdo de los miembros del consejo de gobierno del banco central sobre cómo no se perderá el impulso hacia la consecución del objetivo de estabilidad de precios. No obstante, marcó la cautela y dejó la posibilidad de una mayor relajación monetaria en caso de que los niveles de inflación se desvíen de este camino.
"El Banco de Japón confía en que los tipos de interés a corto y largo plazo se mantengan en los niveles actuales o en niveles más bajos durante todo el tiempo necesario para prestar mucha atención a la posibilidad de que se pierda el impulso hacia la consecución de su objetivo de precios", expresó el banco.
En cuanto a la economía, el banco ha explicado que a pesar de la incertidumbre no parece tener un impacto negativo en la demanda interna. Las exportaciones permanecen demostrando debilidad, pero se anticipa un repunte a medida que el crecimiento económico en el exterior mejore.
Durante su último anuncio, el Banco de Japón decidió dejar su apreciación con respecto a la economía japonesa sin cambios. Este optimismo en cuanto al estado de la economía es comprensible, dado que el avance de las negociaciones comerciales entre Estados Unidos y China ayudó a despejar la inseguridad en los mercados por el momento. La evidente victoria del partido conservador británico también tranquilizó la incertidumbre asociada al Brexit (hasta cierto punto). No obstante, la reducción de la producción de las fábricas y de la producción industrial, junto con la decadencia del sentimiento empresarial, no ayuda a la valoración del banco.
En lo que respecta a la inflación, la mayoría de los miembros del comité del banco coincidieron en que las expectativas de inflación a medio y largo plazo seguramente seguirán una tendencia positiva, acercándose al objetivo del 2 % del banco. Para alcanzar tal objetivo, el Banco ha impreso mucho dinero en los últimos años. No obstante, a pesar de ello los niveles de inflación japoneses se han conservado consistentemente en un 1 %, lo que pone en duda el optimismo del banco en cuanto a su capacidad para acercarse a su objetivo.
Por lo tanto, la decisión del banco de cambiar su orientación hacia adelante y dejar las puertas abiertas a un mayor alivio, considerando que la inflación podría desviarse de su camino hacia su nivel objetivo. De hecho, el gobernador del Banco Naruhiko Kuroda, ha reiterado últimamente esta posición, diciendo que el banco no "dudará en tomar otras medidas de relajación" si aumenta la posibilidad de que se pierda el impulso hacia el logro de la estabilidad de precios.
Es muy importante señalar que aún no está muy claro qué métodos está dispuesto a utilizar el banco para facilitar aún más su política monetaria. Muchos suponen que se refería exclusivamente a nuevos recortes de los tipos de interés, no obstante, el propio Kuroda dejó claro a finales de octubre que el informe del banco no descarta una impresión de dinero más agresiva o un aumento de la compra de activos. El hecho de que las bajas tasas de interés en efectivo planteen un serio problema, ya que están afectando a la rentabilidad de las instituciones financieras japonesas, sólo ayuda a la perspectiva de Kuroda.
El par USD/JPY no reaccionó de manera importante a las declaraciones optimistas del banco con referencia al estado de la economía, ya que actualmente los negociadores se concentran más en los acontecimientos relacionados con la guerra comercial entre Estados Unidos y China, así como la incertidumbre política en Europa, ya que también está incluida la posibilidad del resurgimiento de las tensiones.