En su última declaración de política monetaria, el Banco de Japón decidió mantener los tipos de interés del efectivo sin cambios en el -0,1%, por una mayoría de 7-2, así como dejar los rendimientos del JGB a 10 años en torno al 0%. El banco también decidió seguir con sus políticas de facilitación, ya que necesitan que la inflación se mantenga cerca de su objetivo, que actualmente está fijado en el 2%.
En cuanto a las perspectivas de la actividad económica y los precios, el banco señala una perspectiva más positiva sobre el futuro de la economía japonesa debido a la mejora de la situación mundial, aunque se espera que siga afectando a los resultados económicos japoneses.
El crecimiento de la economía japonesa alcanzó su nivel más bajo en un año durante el tercer trimestre, ganando un 0,1% (trimestre a trimestre) después de crecer un 0,4% en el cuarto trimestre. El debilitamiento de las exportaciones y la disminución de la demanda local son las principales razones del lento crecimiento económico, ya que las tensiones globales han afectado negativamente a los niveles de exportación japoneses (la economía japonesa depende en gran medida de sus exportaciones) y los desastres naturales han afectado a la demanda local.
Las cifras de exportación japonesas recientemente publicadas también fueron preocupantes, ya que cayeron (año a año) en un 6,3%, disminuyendo así por décimo tercer mes consecutivo y creando un déficit de 1.390 millones de Dólares. Las exportaciones a Estados Unidos se contrajeron en un 14,9% al disminuir los envíos de automóviles y piezas de recambio, mientras que la disputa de Japón con Corea del Sur también hizo que sus exportaciones a ese país se redujeran en un 12,9%. Por otro lado, las exportaciones a China aumentaron en un 0,8%.
Las cifras de la inflación tampoco son muy alentadoras, ya que alcanzaron un mínimo de siete meses en octubre, situándose en el 0,2% y permaneciendo sin cambios desde septiembre. No obstante, el banco afirmó que es posible que los niveles de inflación aumenten gradualmente hacia su objetivo, a pesar del moderado aumento del consumo privado, que se vio muy afectado por la subida del impuesto sobre las ventas en octubre.
La economía japonesa ha sufrido más o menos un estancamiento y una baja inflación crónica desde principios de los 90, después de que el mercado de valores japonés se hundiera (la burbuja del estado real japonés estalló) y sus niveles de deuda se dispararan. El envejecimiento de la población y una política monetaria ineficaz son también algunas de las principales causas, así como la disminución del gasto a favor de un ahorro creciente.
En 2013, el gobierno japonés lanzó un programa de gobierno conocido como "Abenomics", que lleva el nombre del primer ministro japonés Shinzo Abe. El programa consistió en la implementación de una política monetaria agresiva, impulsando el gasto del gobierno e imponiendo reformas que hicieran más competitiva la economía japonesa. Sin embargo, a pesar de ayudar al crecimiento económico, Abenomics ha demostrado ser inconsistente en cuanto a sus resultados, ya que la economía ha sufrido cinco desaceleraciones en siete años.
Los altos niveles de endeudamiento son actualmente el principal desafío que enfrentan los políticos japoneses, en su mayoría ayudados por las continuas subidas de impuestos que deben implementarse dado el envejecimiento de la población. La escasez de mano de obra también sigue siendo un problema clave que debe ser evaluado.
A pesar de los datos, el Yen ha logrado avanzar esta semana contra el Dólar Estadounidense, aumentando alrededor de 0.6% desde la sesión del lunes. Debemos tener presente que el Yen es considerado una moneda refugio, es por ello que los inversores que se muestran reacios al riesgo tienden a refugiarse en él cuando el sentimiento del mercado empeora. En este caso, el brote del coronavirus en China es la principal causa de la sensación de malestar en el mercado, lo que ha ayudado al Yen a ganar terreno últimamente.