Esta semana ha sido una experiencia fundamentalmente positiva para la Libra Británica. El lunes, subió un 0,17 por ciento frente al Dólar, seguido de un incremento del 0,32 por ciento el martes. Contra el Euro, ganó un 0.48 por ciento el lunes, mientras que añadió un 0.24 por ciento al día siguiente.
Esta repentina recuperación frente al Dólar (la Libra Esterlina perdió un 0,78% frente al Dólar la semana pasada) puede ser de corta duración, dado que muchos esperan que la incertidumbre relacionada con la crisis política de Brexit pueda resurgir, especialmente dadas las próximas negociaciones comerciales. No obstante, el hecho de que los recientes datos de incremento hayan superado las expectativas de los analistas, ayudó a los optimistas.
Los analistas esperaban que la economía británica aumentase un 0,8 por ciento durante el cuarto trimestre del año pasado. Sin embargo, según los datos de crecimiento recientemente publicados, la economía británica creció un 1,1 por ciento, aunque todavía está por detrás de la cifra del trimestre anterior y es el ritmo más débil desde el primer trimestre de 2018.
La economía británica se está viendo perjudicada principalmente por la contracción de la inversión fija y el estancamiento del crecimiento del consumo de los hogares, ya que sólo añadió un 0,1 por ciento durante el trimestre. También contribuyó la disminución de la producción manufacturera y de producción. No obstante, en comparación con la cifra del año anterior, el crecimiento económico de Gran Bretaña aumentó un 0,1 por ciento, con un 1,4 por ciento (de un año a otro).
"Estos reflejan un ligero repunte con respecto al año anterior, a pesar de que se trata de uno de los índices más lentos desde la crisis financiera de 2008 y 2009", declaró la Oficina de Estadísticas Nacionales en su informe.
La ONS añadió que a pesar de la contracción del sector manufacturero, el Reino Unido alcanzó un superávit comercial durante el último trimestre de 2019, impulsado principalmente por el incremento de las exportaciones de metales preciosos y una caída temporal de las importaciones.
Sin duda, la crisis política de Brexit pesó en el desempeño económico británico, y el hecho de que el grado de incertidumbre se redujera después de que el Reino Unido abandonara oficialmente la Unión Europea a fines de enero puede favorecer el crecimiento económico en un futuro próximo.
A pesar de los datos económicos optimistas, debemos recordar que tenemos por delante un largo proceso de negociación comercial con Bruselas que puede terminar jugando en contra de los intereses económicos del Reino Unido. La idea tan promovida de un "comercio sin complicaciones" con Europa parece ahora una fantasía, sobre todo después de que el ministro del gabinete británico Michael Gove dijera a los productores británicos que deberían estar en condiciones de someterse a los controles reglamentarios y los procedimientos aduaneros que seguirán al final del período de transición. La resistencia británica a cumplir las normas reglamentarias de la UE tampoco ayuda al optimismo en cuanto al resultado de las negociaciones.
El Banco de Inglaterra se reunió a finales de enero y decidió mantener estables las tasas de efectivo, diciendo que hay indicios tempranos de que el crecimiento económico se está recuperando. Además de esto, se mantuvo abierto a bajar las tasas si esas proyecciones no se cumplen en el futuro próximo.
Las últimas declaraciones del gobernador del Banco durante un discurso en el Parlamento Británico indicaron que el Banco mantiene su visión optimista con respecto al futuro de la economía, ya que Mark Carney declaró que el banco probablemente continuará manteniendo las tasas de efectivo en 0.75 por ciento. Añadió que la reconstrucción de la relación comercial entre el Reino Unido y la UE influirá en la productividad del país a corto plazo y que, a pesar de que la epidemia de coronavirus afectará al crecimiento económico mundial, lo más probable es que esos efectos disminuyan en los próximos trimestres.
El próximo miércoles el banco publicará los datos del índice de precios al consumidor de enero. Esta cifra, junto con los datos de ventas al por menor, podrían ayudar a los comerciantes a hacer una evaluación más completa sobre el estado actual de la economía británica.