La semana pasada, los futuros del Oro tuvieron la mayor pérdida semanal desde septiembre del 2011, cayendo cerca del 9.6 por ciento. Le siguieron otros metales, como la Plata, que perdió alrededor del 18,44 por ciento y el Paladio, que bajó un 33,74 por ciento.
Los inversores están vendiendo Oro, considerado normalmente como un activo seguro, supuestamente para cubrir las demandas de margen, ya que el brote de coronavirus ha hecho que los traders del mercado se queden sin acciones globales en relación con el Dólar, ya que actualmente existe una clara preferencia por la liquidez. La enfermedad que apareció por primera vez en China y que actualmente se está expandiendo al resto del mundo, ha infectado en la actualidad a unas 150.000 personas y ha causado la muerte de más de 5.000 en todo el mundo.
Parece que incluso el Presidente de los Estados Unidos, Donald Trump, que originalmente subestimó el posible impacto del brote en su país, ahora entiende que esta situación es bastante grave. La semana pasada la Reserva Federal intervino varias veces en los mercados americanos, y el viernes el mismo Trump declaró una emergencia nacional y anunció que el gobierno iba a liberar 50.000 millones de dólares en recursos federales para combatir la epidemia y que actualmente afecta a más de 2400 pobladores americanos y ha matado a más de 50 de ellos. El gobierno estadounidense también decidió imponer una prohibición para viajar a Europa (incluyendo Gran Bretaña e Irlanda) que se espera entre en vigor el lunes.
"A través de una Acción colectiva y un sacrificio compartido, así como de la voluntad nacional, superaremos la amenaza del virus", dijo Trump.
Al igual que su homólogo americano, el Banco Central Europeo también anunció que está interviniendo en los mercados con una nueva serie de ofertas de préstamos baratos al sector bancario europeo, una relajación de las reglas del sistema bancario y un impulso al programa de compra de activos del BCE. Además de esto, a pesar de no hacerlo esta vez, dejó la posibilidad de nuevos recortes de los tipos de interés.
No obstante, la presidenta del TECB, Christine Lagarde, se negó a decir que el banco haría lo que fuera necesario para proteger a la Eurozona de una recesión, lo que sembró dudas sobre la capacidad de los miembros de la Eurozona para permanecer juntos, por lo que va en contra del precedente que estableció su predecesor Mario Draghi. En cambio, pidió que se coordinaran las medidas fiscales, un llamamiento que ha hecho varias veces en el pasado y que ha contribuido a difundir el temor en los mercados europeos. Más tarde, intentó retractarse de sus declaraciones durante una entrevista con la CNBC.
"Estoy plenamente comprometida a evitar cualquier posible división durante un momento difícil para la eurozona", dijo durante una entrevista televisiva, "Los elevados diferenciales causados por el coronavirus perjudican la transmisión de la política monetaria", añadió.
No obstante, el curso de los acontecimientos sigue siendo incierto, ya que el virus sigue propagándose por todo el mundo y afectando a la economía mundial. Las posibilidades de que se produzca una recesión económica son elevadas, pero eso no quiere decir que necesariamente vaya a golpear en un futuro próximo. En cualquier caso, los efectos en la economía durarán seguramente al menos un par de meses, ya que algunos analistas esperan un rebote a mediados del año en curso.