A principios de la semana, el mercado de futuros del Oro se recuperó, avanzando un 5,59 por ciento el lunes y añadiendo un 5,95 por ciento durante la siguiente sesión.
La última decisión de la Reserva Federal de EE.UU. de lanzar varios programas para ayudar a la economía americana contribuyó al Oro y a las acciones esta semana. La Reserva Federal se comprometió a continuar con su programa de compra de activos e incursionar en la compra de bonos corporativos en los mercados primarios y secundarios por medio de fondos negociados en bolsa.
Además, las expectativas de un acuerdo sobre un paquete de estímulo de 2 trillones de dólares para hacer frente a los efectos económicos del brote de coronavirus, dieron lugar a un mayor optimismo entre los inversores. El acuerdo de estímulo, al que se llegó a principios de hoy, incluye el envío de pagos directos y prestaciones por desempleo a personas, empresas y estados.
El nuevo acuerdo de estímulo será implementado pronto y fue logrado a pesar de la lucha entre los partidos republicano y demócrata durante el fin de semana y durante los primeros días de esta semana. Según se informa, los demócratas insistieron en una mayor regulación de los 500.000 millones de dólares que se emplearán para rescatar a las empresas y en una mayor protección de los trabajadores.
Otros bancos centrales y gobiernos se han unido a la Reserva Federal y al gobierno de EE.UU. en un esfuerzo conjunto para amortiguar el impacto del brote en la economía y evitar una recesión económica. El Banco Central Europeo también lanzó recientemente un programa de compra de bonos y el Banco de Inglaterra decidió reducir sus tasas de efectivo al 0,1 por ciento, mientras que países como Alemania están implementando paquetes de estímulo fiscal para ayudar a sus ciudadanos y empresas.
Últimamente, el Oro perdió su condición de refugio seguro, en gran parte debido a que los inversores estaban vendiendo para cubrir las llamadas de margen, dada su preferencia por la liquidez en este momento. El brote de coronavirus, con unas 425.000 infecciones y un número de muertes que ronda las 18.941, está afectando a la actividad económica mundial, en particular al sector de los servicios, ya que muchos países están optando por poner en cuarentena a sus poblaciones y limitando las actividades en lugares públicos. Los mercados bursátiles mundiales también han venido sufriendo una gran inestabilidad debido a la situación, cayendo a mínimos históricos e incluso alcanzando niveles bajos que no se han visto desde la crisis financiera de 2008.
Las posibilidades de que se produzca una recesión económica son ahora mayores que nunca, teniendo en cuenta los datos económicos más recientes. La actividad empresarial de la zona euro tuvo el mayor colapso registrado hasta ahora, ya que su PMI compuesto flash cayó a 31,4 frente al 51,6 de febrero, lo que indica una fuerte contracción. Los datos del PMI de los Estados Unidos mostraron su "mayor caída desde 2009", ya que el PMI compuesto bajó de 49,6 en febrero a 40,5 en marzo.
Muchos analistas no se sienten optimistas en cuanto al futuro. Por ejemplo, algunos de ellos ya afirman que estamos en medio de una recesión económica, y el Fondo Monetario Internacional declaró recientemente que esperan que la economía mundial entre en una recesión al menos tan grave como la crisis financiera de 2008 o incluso peor, añadiendo que el impacto económico del brote es actualmente y seguirá siendo grave. No obstante, seguían afirmando que, dependiendo de la rapidez con que se detenga el virus, "la recuperación será más rápida y fuerte".