La compañía rusa Rosneft transfirió todos sus activos relacionados con Venezuela, anunciando así su decisión de detener sus operaciones en este país. La venta incluye su mayor fuente de operaciones en el país, Petromonagas, además de otras operaciones de menor importancia.
La movida, calificada por algunos como estratégica, tiene el propósito de proteger a los inversionistas de la compañía de las sanciones que los Estados Unidos han impuesto sobre Venezuela, ocurriendo un momento muy delicado desde el punto de vista del régimen venezolano. El gobierno venezolano en este momento lidia con la amenaza de la expansión del coronavirus, que hasta este momento ha infectado alrededor de 119 ciudadanos y ha matado 3, y además enfrenta las acusaciones del gobierno de los Estados Unidos, el cual ha puesto precio por la cabeza del presidente Nicolás Maduro por sus presuntos nexos con el narcotráfico y el terrorismo.
La decisión de la compañía es comprensible dado el anuncio reciente de sanciones en contra del ala financiera y de marketing de la empresa por parte del presidente Donald Trump.
"Esto permite a Rusia seguir ayudando a Venezuela y al mismo tiempo dejar a Rosneft fuera y limitar el coste de las sanciones," explicó un analista del Baker institute al respecto.
Al rededor de 50% de las acciones de la empresa pertenecían a la empresa rusa Rosneftegaz, mientras que el resto de las acciones pertenecían a accionistas extranjeros, entre ellos la empresa británica British Petroleum, la cual posee aproximadamente el 19% de los activos y la Qatarí QH Oil investments LLC que es dueña de un porcentaje similar de acciones. Gracias a la reciente decisión de la empresa, las acciones serán transferidas a una empresa estatal rusa cuyo nombre es hasta ahora desconocido.
El gobierno ruso ha apoyado al régimen venezolano de forma continua con el fin de preservar sus intereses en la región, los cuales abarcan desde proyectos petroleros hasta nexos de naturaleza militar. El país latinoamericano también tiene una deuda soberana de un valor aproximado de $17 billones de dólares con el gigante eurasiático, de la cual una parte ha tenido que ser reestructurada.
Los efectos de la medida en el mercado del petróleo son por el momento difíciles de discernir. Ayer, los futuros del petróleo crudo Brent incrementaron su valor en un 7.58% después de dos días seguidos de pérdidas. Sin embargo, los futuros del petróleo crudo del oeste de Texas tuvieron un tercer día consecutivo de pérdidas, cayendo un 5.63%.
La industria petrolera venezolana ha estado sufriendo una fuerte caída en la producción de crudo en los últimos años y se dice que la producción cayó en un 38% el último mes, dejando la producción diaria en 464,000 barriles de petróleo por día. Está demás decir que el Bolívar tampoco está en su mejor forma, perdiendo su valor sustancialmente frente al dólar y otras divisas, y según estimaciones, la inflación superó el 7000% el año pasado.
De acuerdo a la consultora Ecoanalítica se espera que la actual guerra de precios entre Rusia y los países de la OPEC disminuya los ingresos de Venezuela desde $23.1 billones en 2019 hasta $13.9 billones este año. Este sería un gran golpe contra la economía venezolana, la cual ha estado sufriendo enormemente debido a los efectos de la mala gestión del gobierno de este país. Se espera, además, que la suspensión de las actividades comerciales debido al coronavirus profundice la recesión económica, que ha afectado al país en los últimos años y que causó una caída del 35% del producto interno bruto en 2019.