En los últimos días los principales bancos centrales mundiales han tratado de tomar medidas contra los efectos de la propagación del coronavirus, que actualmente está alterando la vida cotidiana de los diferentes países y haciendo bajar el rendimiento económico de varias industrias mundiales y locales, así como interrumpiendo las cadenas mundiales de suministro.
No obstante, los mercados financieros no reaccionaron positivamente a esas medidas, lo que puso en duda la eficacia de la política monetaria en tiempos de crisis.
La Reserva Federal dio a conocer el domingo su decisión de bajar los tipos de interés del efectivo hasta cerca de cero, seguida de las medidas de otros grandes bancos centrales, entre ellos el BCE y el Banco de Japón el lunes. En una acción conjunta, la Reserva Federal y varios bancos centrales mundiales acordaron inyectar liquidez en los mercados, mientras que algunos de ellos también decidieron reducir sus tipos de efectivo (es el caso del banco de la reserva de Nueva Zelandia) y suavizar su postura en materia de política monetaria.
A pesar de los movimientos, los principales índices de referencia se mantuvieron en territorio a bearish ya que el S&P 500 cayó un 11,98 por ciento seguido por el promedio industrial del Dow Jones, que bajó un 12,93 por ciento el lunes. En Europa, el FTSE 100 y el Dax cayeron un 4,01 por ciento y un 5,31 por ciento respectivamente, seguidos por los principales índices de referencia asiáticos, ya que el Nikkei 225 y el Shanghai Composite cayeron un 2,46 por ciento y un 3,40 por ciento respectivamente.
A pesar de las decepcionantes cifras, la Reserva Federal anunció el martes nuevas inyecciones de liquidez, seguidas de un repunte de los principales índices de referencia estadounidenses. El S&P 500 cerró en terreno positivo el martes, añadiendo un 6 por ciento mientras que el promedio industrial del Dow Jones subió un 5,42 por ciento. Los índices europeos también se recuperaron, tras la promesa de los líderes del G7 de hacer "lo que sea necesario" para luchar contra la epidemia, ya que el FTSE 100 añadió un 2,79 por ciento mientras que el Dax ganó un 2,25 por ciento. Los índices asiáticos no tuvieron un rendimiento tan bueno, ya que el Nikkei sólo añadió un 0,06 por ciento durante la sesión, mientras que el índice compuesto de Shangai bajó un 0,34 por ciento.
La principal pregunta ahora es si los bancos centrales aún tienen margen de maniobra ante los devastadores efectos económicos del brote, sobre todo porque el virus sigue propagándose por todo el mundo y aún no está claro cuándo se calmará la situación mundial. En este momento, hay más de 199.000 casos reportados, así como casi 8.000 muertes. Países como Italia y España están luchando actualmente con un drástico aumento de los casos detectados y las muertes, mientras que parece que los Estados Unidos se dirigen hacia una situación similar.
Una cosa está clara: los continuos llamamientos a favor del respaldo fiscal de los gobiernos y la volatilidad están agarrando los mercados mundiales. Sin embargo, el hecho de que el problema no se haya originado en los mercados financieros pone en duda la extrema dependencia de las medidas agresivas de política monetaria.
"Dada la naturaleza de las incertidumbres; dada la naturaleza del colapso de los ingresos de tantas personas, puede ayudar a estabilizar los mercados financieros en el mejor de los casos y está evidente que no fue así", dijo el Premio Nobel de Economía Joseph Stiglitz a la CNBC.
Es probable que ya estemos entrando en una recesión mundial, sin embargo, aún es demasiado pronto para confirmar este temor.