Según la Oficina de Análisis Económico del Departamento de Comercio, la economía de EE.UU. se ha contraído un 4,8 por ciento (año a año) en el primer trimestre. Esta fue la contracción más aguda del Producto Interno Bruto desde el cuarto trimestre de 2008, la cual fue causada por la propagación del coronavirus en los Estados Unidos, ya que obligó al gobierno a ordenar el cierre de negocios no indispensables (la mayoría de ellos en el sector de servicios) por ejemplo los restaurantes, el cual impulsó el consumo interno, una de las principales fuerzas económicas de los Estados Unidos. Otras economías también se enfrentan a los mismos problemas, a lo cual se espera que la economía de la eurozona se contraiga en un 3,5 por ciento en el primer trimestre, y el Fondo Monetario Internacional espera que se contraiga en un 7,5 por ciento este año.
La epidemia del coronavirus también continúa avanzando en todo el mundo. En este momento hay alrededor de 3.220.847 infecciones confirmadas y un número de muertes de 228.239. Sólo en los Estados Unidos hay 1.064.572 personas infectadas confirmadas y un número de muertes de 61.669.
El Oro tiende a funcionar bien cuando hay signos de malestar en los mercados. Sin embargo, dado que varios gobiernos, entre ellos el de los Estados Unidos, ya están anunciando que están considerando la posibilidad de levantar las restricciones asociadas al intento de detener el avance de la epidemia de Covid-19, tiene mucho sentido que muchos traders dejen de comprar con pánico metales preciosos y activos de refugio seguro.
Por consiguiente, las perspectivas de recuperación económica aumentaron el optimismo con respecto al futuro rendimiento de los activos de mayor riesgo, como las acciones, lo que disminuye la necesidad de proteger las carteras mediante la adquisición de activos de refugio seguro. De ahí la caída de la demanda del Oro, que se utiliza ampliamente como cobertura contra el riesgo, y la prisa por adquirir activos de mayor riesgo.
También es destacable que esto haya sucedido a pesar de la reciente debilidad del Dólar estadounidense, que ha caído un 0,79% frente a un grupo de sus principales competidores en lo que va de la semana. Como muchos ya saben, la depreciación del Dólar tiende a favorecer el rendimiento del Oro, ya que normalmente incrementa la demanda externa de este metal.
El anuncio de la Reserva Federal del miércoles por la tarde, hizo que el metal subiera por un momento, para volver a caer y cerrar en territorio negativo. El banco central destacó los riesgos a mediano plazo para las perspectivas económicas y mantuvo las tasas de interés en suspenso, señalando que la situación podría continuar así hasta que los EE.UU. regresen a su camino hacia el pleno desarrollo del empleo y la estabilidad de los precios.
"No vamos a tener ninguna prisa para retirar estas medidas o para levantarlas. Vamos a esperar hasta que estemos seguros de que la economía está bien encaminada hacia la recuperación", dijo el banco central.
La declaración de la Fed no mostró confianza en la efectividad de dejar las tasas de interés en un rango cercano a cero. Sólo indicaron que continuarán monitoreando la situación y que usarán sus herramientas disponibles para apoyar la economía cuando sea necesario.
La Fed no dijo nada significativo sobre el futuro del programa de compra de activos del banco, aparte de que continuará mientras sea necesario. Los responsables de la política fiscal de EE.UU. también decidieron no dar detalles sobre ninguno de los programas que el banco ha implementado durante la crisis actual.
Ahora los mercados están recibiendo señales mixtas. Por un lado, el hecho de que podría haber un avance significativo hacia un tratamiento Covid-19 y expectativas de recuperación económica positivas, las cuales alimentan el apetito de riesgo y continuan favoreciendo los activos de mayor riesgo. Por otro lado, los mercados están recibiendo datos sobre los efectos del bloqueo de la economía, que no van a ser muy alentadores.
Esto hace que las perspectivas para el Oro sean bastante confusas, aunque muchos ya están apostando por el aumento de la oferta monetaria y el estímulo fiscal, lo cual tiende a favorecer a este mercado a largo plazo.