El peso mexicano ha retrocedido 3.73% frente a la divisa estadounidense en lo que va de esta semana, continuando una tendencia a la baja que se ha pronunciado debido a la alta volatilidad asociada con el avance de la pandemia.
Al aproximarse el término del mes anterior, los inversores habían empezado a obtener datos concretos sobre el desempeño económico de las principales economías del mundo. Entre otras cosas, tuvieron acceso a los datos preliminares del índice compuesto de IHS Markit para la eurozona, el cual mostró un panorama desalentador al reflejar niveles de actividad comercial mínimos desde un punto de vista histórico. De la misma manera, obtuvieron los datos preliminares del índice de actividad manufacturera para los Estados Unidos, los cuales muestran una fuerte contracción, cayendo a mínimos que no habíamos visto desde 2009, además de empezar a recibir pronósticos concernientes al crecimiento económico por parte de los analistas.
Es preciso recordar que en tiempos de crisis los inversores tienden a volverse más adversos al riesgo, por lo tanto, prefieren abandonar instrumentos financieros que perciben como más riesgosos, a favor de aquellos que perciben como menos riesgosos. Este concepto, por supuesto, también aplica al mercado de divisas, pues en tiempos de crisis los inversores tienden a favorecer divisas de países cuya economía ellos perciben como más sólida y que por lo tanto consideran más seguras, y tienden a alejarse de divisas que no perciben como seguras.
No debería sorprendernos el hecho de que el peso mexicano ha perdido al rededor del 26% (el peor desempeño trimestral en 50 años) de su valor frente al dólar estadounidense en lo que va al año, además de tener un desempeño pobre comparado con otras divisas del mercado emergente. México, al ser altamente dependiente de sus exportaciones de crudo, es una clara víctima de la enorme volatilidad que en la actualidad sufren los mercados del petróleo, además la falta de una respuesta efectiva por parte del gobierno mexicano respecto al avance de la pandemia solo empeora la situación.
En estos momentos, el mercado petrolero se enfrenta a los niveles más bajos de demanda desde que tenemos registro, además de estar a merced de las decisiones respecto a la oferta de Arabia Saudita y Rusia, los cuales están en medio de una guerra de precios que inició dados los eventos que precipitaron la disolución de la OPEP+. El valor petróleo crudo Brent, el cual es considerado un índice de referencia, ha caído en un 73% durante el primer trimestre de este año, llevando los precios del petróleo a niveles que no se han visto desde el 2001.
Además de lo ya mencionado, las reservas de petróleo han aumentado más de lo esperado de acuerdo a la Agencia estadounidense de Información sobre Energía, lo que intensifica el desbalance entre la oferta y la demanda en este mercado.
El precio del barril de petróleo mexicano cerró ayer en 10.61 dólares, valor que está muy por debajo del que el gobierno mexicano tomó en cuenta para el presupuesto de este año. Si esta situación persiste, podría tener un efecto desestabilizador en la economía de este país. Sumado a esto, la negativa del gobierno de López Obrador respecto a implementar medidas de estímulo contundentes y de contención de la epidemia también podría pasar factura al largo plazo.
“Los sectores económicos, no todos, quisieran que aplicáramos las mismas recetas que antes,” dijo el presidente López Obrador al tratar de defender su decisión, “Enfrentar la crisis: crédito del Fondo Monetario Internacional. Enfrentar la crisis: pedir a la gente que se ajuste el cinturón. Enfrentar la crisis: subsidios fiscales. Enfrentar la crisis: salvamento y rescate… No más. Tenemos que proteger a los pobres primero,” agregó.
Los analistas prevén una contracción del producto interno bruto mexicano en al menos un 3.5% y la capacidad de endeudamiento del país ha disminuido. Además, los intentos del banco de México por estabilizar el valor de la divisa han sido poco fructíferos, por lo que no se espera una recuperación de la divisa mexicana en el corto plazo.