Los traders e inversores están actualmente confundidos en cuanto a la dirección que están tomando los mercados financieros de los Estados Unidos.
La principal razón de esta confusión son las recientes ganancias en los mercados de índices de los Estados Unidos a pesar de la ampliación de las protestas contra la brutalidad policial en los Estados Unidos, que no han retrocedido a pesar de las amenazas del Presidente de los Estados Unidos Donald Trump y la imposición de toques de queda en ciudades como Nueva York. Los temores por la escalada de la guerra comercial entre los Estados Unidos y China también es un factor relevante en este momento, dada la insistencia del gobierno chino en intervenir en Hong Kong.
Como ya hemos mencionado, los principales índices bursátiles de EE.UU. avanzaron por tercera vez consecutiva. El S&P 500 ganó 1,20 por ciento en lo que va de la semana, mientras que el índice compuesto Nasdaq 100 sumó un 1,07 por ciento.
Muchos atribuyen este comportamiento a bullish al hecho de que los actores del mercado se sienten ahora más optimistas respecto al futuro de la economía mundial. La propagación de la pandemia Covid-19 se ha estabilizado (e incluso ha cedido algo de terreno) en la mayor parte del mundo occidental y su epicentro se ha desplazado a América Latina, siendo Brasil el país más afectado de la región, lo que ha animado a los diferentes gobiernos a intentar reabrir la economía.
Este comportamiento es bastante similar a la relativa indiferencia de los actores del mercado hacia la publicación de ciertas cifras de rendimiento económico, que muestran cómo las economías del mundo occidental están luchando debido a los efectos del bloqueo. Un ejemplo de esto es Australia, que según los responsables de la política del Banco de Reserva de Australia, se enfrenta a su peor situación económica desde la gran depresión, o Suecia, cuyo PIB se contrajo un 2,6 por ciento en el primer trimestre.
Es probable que los mercados ya hayan puesto precio a este pesimismo y se centren ahora en la tan esperada recuperación económica. Algunos analistas afirman que los mercados simplemente no están demasiado preocupados por las protestas, ya que piensan que no conducirán a un daño económico a largo plazo.
"La relativa calma de Wall Street respecto a las protestas, quizás es indicativo de que los inversores y traders están pensando que no conducirán a un daño económico a largo plazo", comentó un analista de Forbes, añadiendo que aún existen dudas sobre si los mercados de valores están fijando adecuadamente los precios de las protestas y los toques de queda.
La situación de los mercados petroleros también ayuda al optimismo. La reunión de la OPEP+ tendrá lugar el jueves y muchos esperan que amplíen sus recortes de producción, lo que podría ayudar al mercado en términos de estabilidad de precios. Últimamente, los mercados también se han recuperado después de haber experimentado grandes pérdidas desde principios de año, debido principalmente a la disminución de la demanda y a la inestabilidad del marco de la OPEP+.
En cualquier caso, puede ser demasiado prematuro cantar victoria, sobre todo porque no está claro si la situación social de los Estados Unidos acabará obstaculizando la recuperación económica. Si bien en la actualidad los índices de fabricación indican una contracción más leve de la actividad económica del mes anterior, la economía no podrá recuperarse adecuadamente si se teme por los daños a la propiedad y mientras el brote de coronavirus amenace con una segunda oleada.