En lo que va de la semana, el dólar americano ha caído 1.76% frente a una cesta de divisas, estando a punto de experimentar una nueva semana de pérdidas, por tercera vez consecutiva, contrastando con el resurgimiento de los mercados accionarios. Otras monedas "refugio", como el yen japonés, han sido también afectadas por el interés renovado por divisas más riesgosas, entre ellas las monedas de los países emergentes.
Al parecer el entusiasmo causado por la apertura de las economías del mundo desarrollado ha opacado por completo el hecho de que las tensiones entre los Estados Unidos y China están aumentando. Los mercados también decidieron no darle mucha importancia al malestar social que en estos momentos impera en Estados Unidos, debido a la indignación propiciada por el asesinato de George Floyd por parte de un policía.
Como ya hemos mencionado, Brasil en estos momentos lidia con el avance de la pandemia del Covid-19, la cual ha infectado alrededor de 615,870 individuos y ha matado 34,039, convirtiendo al país en el segundo más afectado del mundo, sólo por debajo de los Estados Unidos. Estas cifras convierten al país en el más afectado de América Latina, considerada en estos momentos como el foco de la pandemia en el mundo, seguido por Perú, Chile y Ecuador.
La postura del gobierno de Brasil frente a la pandemia ha suscitado las críticas de los analistas y de los opositores. En vez de seguir el ejemplo de otros gobiernos de la región e incentivar el distanciamiento social e imponer cuarentenas en las áreas más afectadas, el gobierno de Bolsonaro ha optado por negar la gravedad de la pandemia y por trasladar la culpa a los gobiernos regionales y a las prefecturas. El martes, los medios reportaron que Bolsonaro comentó que, pese a que lamenta los fallecimientos, la muerte es el destino de todos.
“Yo lamento todos los muertos, pero es el destino de todo el mundo,” comentó Bolsonaro a unos periodistas que lo esperaban fuera de la residencia presidencial.
En ciudades como Sao Paulo y Rio de Janeiro, los negocios no-esenciales están reabriendo sus puertas después de meses de inactividad, pese a ser las dos localidades más afectadas por el avance de la pandemia. Muchos también dudan de la cifra oficial de muertes, la cual se encuentra muy por debajo de lo esperado.
Pese a esta situación, la divisa brasileña alcanzó un máximo de dos años el martes, avanzando 4.24% frente a la divisa americana en lo que va de la semana. El miércoles la tendencia alcista continúo, ya que los mercados se enteraron de que la industria brasileña cayó menos de lo esperado, contrayéndose un 18.8% en el mes de abril, muy por debajo de las expectativas de los analistas, quienes esperaban una caída del 29.2%. El jueves el valor de la divisa se contrajo en un 1.09%
Muchos sugieren una posible intervención militar, la cual pondría en jaque la estabilidad política del país, aunque sería muy pronto para aventurarse a especular sobre este escenario. Lo que si es cierto es que a medida que pasa el tiempo, las divisiones políticas se acentúan, así como las diferencias entre las distintas ramas del poder público, destacando el enfrentamiento entre el bloque a favor del gobierno de Bolsonaro y la suprema corte de justicia, o la creciente animosidad entre los simpatizantes del gobierno y el congreso.