Recientemente, el gobierno del presidente de Brasil, Jair Bolsonaro, anunció su decisión de reabrir parcialmente las fronteras aéreas del país, dando luz verde a la reactivación del sector turístico, el cual ha sido uno de los más afectados por el avance de la pandemia de Covid-19.
Los aeropuertos del país han estado cerrados desde finales de marzo, principalmente debido a la crisis sanitaria producto del avance de la pandemia de Covid-19, la cual ha infectado alrededor de 2,555,518 individuos y ha matado alrededor de 90,188. Sin embargo, el turismo por vía terrestre y acuático seguirán restringidos.
La decisión es controversial considerando que un pico en el número de infecciones diario fue recientemente reportado por las autoridades sanitarias del país. Las autoridades brasileñas expresaron su escepticismo respecto a las cifras, que señalan un aumento de casos en 69.074 en el día en que las restricciones al turismo fueron levantadas, atribuyendo el aumento a un retraso en el sistema de transmisión de datos.
Según los datos de la encuesta del Banco Central de Brasil, las perspectivas respecto al futuro de la economía del país han mejorado por cuarta semana consecutiva. En promedio, los economistas consultados esperan que el Producto Interno Bruto se contraiga en un 5,8%, una mejora frente a la previsión de una caída del 5,95% que fue reportada la semana pasada.
Las expectativas de los analistas están más o menos en línea con la percepción del presidente del banco, Roberto Campos Neto, el cual comentó la semana pasada que la previsión de la institución de que la economía caerá en un 6,4% es demasiado pesimista. Además, Campos Neto recalcó que la economía inició un proceso de recuperación "con forma de V", el cual debería moderarse en los próximos meses.
El real brasileño ha avanzado en lo que va de la semana, apreciándose en un 1.24% frente al dólar estadounidense. El dólar ha tenido un rendimiento relativamente bajo en lo que va de la semana, perdiendo 0.92% frente a una canasta de sus principales competidoras, siendo la sexta semana consecutiva de pérdidas.
La volatilidad de la divisa brasilera es considerada problemática por el Banco de Central de Brasil, o eso dio a entender el director de política monetaria de la entidad, Bruno Serra.
"La volatilidad cambiaria es algo más alta de lo que nos gustaría. Es algo que nos incomoda y que necesitamos entender," comentó Serra hace una semana, "Nuestros instrumentos no están hechos para afrontar la volatilidad que hemos visto recientemente, de un día para el otro, en que hemos visto oscilaciones importantes del tipo de cambio", agregó.
En términos del calendario económico, la semana pasada sólo fue publicada la cifra de inflación, la cual se situó en 0.3 % en el mes de julio, subiendo desde el 0.02 % del mes anterior, aunque por debajo de las expectativas de los analistas, los cuales esperaban que la cifra se situara en un 0.51 %.
Esta semana fueron publicados los datos concernientes a las cuentas externas del país, las cuales parecen estar mejorando, pues el déficit de transacciones corrientes del primer semestre llegó a 38.200 millones de dólares, lo cual equivale a un 2,35 % del Producto Interno Bruto. El año pasado el déficit llegó a 43.100 millones de dólares, lo cual equivale al 2,58 % del Producto Interno Bruto. Esto sitúa el superávit de cuenta corriente del mes de junio en 2,200 millones de dólares.
El Banco Central de Brasil explicó que esta mejora puede ser atribuida al saldo positivo de la balanza comercial, la cual ha se ha visto impulsada por un aumento en las exportaciones agropecuarias y por una caída de las importaciones.