Recientemente, Brasil superó la cantidad de 400.000 muertos, consolidando su posición como el país más afectado por la pandemia en América Latina. Desde el inicio de esta, 14,592,886 casos han sido reportados en el país.
Este aumento importante en el número de muertes es atribuido a la prevalencia de nuevas variantes del virus. El 90% de los casos son causados por una variante originada en Manaos, una localidad de las amazonas.
La respuesta del gobierno de Brasil a la pandemia se ha caracterizado por ser polémica. Cuando la pandemia inició, el presidente Jair Bolsonaro mostró oposición a las medidas de distanciamiento social y al uso de las mascarillas, afirmando que tendrían un efecto negativo en el rendimiento de la economía.
En la actualidad, una comisión del senado está investigando la respuesta del gobierno de Bolsonaro, lo cual podría poner fin a la candidatura a la reelección del presidente. Al parecer, la idea de enfrentar un juicio político no asusta a Bolsonaro, pese a que enfrenta el riesgo de ser destituido y reemplazado por el más prominente de sus rivales políticos, Omar Aziz, el cual fue uno de sus aliados en el pasado.
Bolsonaro es acusado de implementar una estrategia institucional que promovía la propagación del covid-19 en el país con el propósito de alcanzar la inmunidad de rebaño. Sin embargo, no está claro si este intento de derrocar al gobierno será exitoso, ya que se requiere el apoyo de más de dos tercios de los parlamentarios y una mayoría simple en el senado.
Con el propósito de contrarrestar el avance del virus, Brasil empezó a producir la primera vacuna nacional, llamada ButanVac. Se espera que para la primera mitad del mes de junio se hayan producido alrededor de 18 millones de dosis, y empiecen a ser aplicadas en el segundo semestre de este año.
Tal como el resto de las economías del mundo, la economía de Brasil se ha visto altamente afectada por el avance de la pandemia, aunque de la misma manera ha logrado salir poco a poco de esta, hecho que se puede evidenciar en cifras que han sido publicadas recientemente.
El Fondo Monetario Internacional proyecta un crecimiento del Producto Interno Bruto del 3.7% este año, mientras que la secretaría del tesoro nacional espera que la deuda pública llegue al 87.2% del Producto Interno Bruto al final de este año, revisando su pronóstico anterior de forma significativa, el cual se situaba en un 96.7% del PIB. El año pasado, la deuda pública alcanzó un 88.8% del Producto Interno Bruto.
Al parecer, esta mejora en el pronóstico es debido a que se estima que el Producto Interno Bruto crecerá más de lo esperado este año, además que se espera que los bancos estatales realicen transacciones importantes que beneficiarían las arcas del tesoro nacional.
La secretaría del tesoro hizo hincapié en la disciplina fiscal, agregando que se debe evitar adoptar nuevas obligaciones financieras y que es importante aumentar la calidad del gasto público.
Pese a que la condición económica está mejorando, el sector agropecuario del país (uno de los motores de la economía), está enfrentando dificultades en este momento. Una disrupción en la cadena de suministro, junto a temperaturas más cálidas, está causando una escasez de ciertos productos alimenticios, entre ellos la soja.
Esta semana, el real brasileño perdió 2.50% frente al dólar estadounidense, cayendo por quinta semana consecutiva y cerrando la sesión del jueves en el nivel de 5.3383.