Como consecuencia de un anuncio decepcionante del presidente del BCE, Mario Draghi, el jueves, las acciones estadounidenses continuaron su espiral descendente ya que los inversores afrontan esperanzas frustradas de que el Banco Central Europeo tome medidas rápidas para resolver la crisis de deuda de la región. Draghi señaló que el banco estaría dispuesto a mantener bajos los costes del crédito comprando bonos del gobierno si fuese necesario, aunque esta medida puede no venir tan rápido como había indicado la semana pasada. Los índices bursátiles europeos comenzaron a caer incluso cuando Draghi estaba hablando y la caída se prolongó hasta la sesión de negociación en los EE.UU.
El promedio industrial del Dow Jones cayó 0,71 a 12.878,88, mientras que el S&P500 cayó 10,14 puntos a 1.365,00. El jueves marcó el cuarto día consecutivo de pérdidas para los principales índices, por un total de más del 1,5 por ciento de pérdidas en total. El informe de NFP, programado para su publicación hoy, se espera que revele los resultados, además, tristes, ya que los fabricantes estadounidenses se enfrentan a una menor demanda lo que se ha traducido en la creación de empleo más lento de lo esperado, lo cual es crítico para ayudar a la recuperación de la economía. Aunque agosto suele ser un tiempo relativamente lento en los mercados de todo el mundo, no hay duda de que los acontecimientos de esta semana agregaron un giro desagradable a lo que normalmente habría sido una semana relativamente tranquila.