La Tercera Flecha, el tan anunciado programa de estímulos fiscales y monetarios fue lanzado hoy por el Primer Ministro Shinzo Abe, ante una gran expectativa en todos los mercados mundiales. Esta es la tercera fase del programa económico, que busca estimular el crecimiento sostenible. Las primeras dos “flechas” se refieren a flexibilización de la política monetaria y a un significativo gasto fiscal.
La tercera flecha del Sr. Abe se centra en incrementar los ingresos cada año, una serie de medidas de desregulación y en fomentar las inversiones en energía. El Primer Ministro dijo que pretende hacer de Japón el "motor de la recuperación mundial" y se comprometió a crear un "ciclo positivo de crecimiento" con una serie de medidas favorables a los negocios y un nuevo impulso para transferir recursos a los sectores con alto potencial de crecimiento, como la infraestructura, los servicios médicos y de la energía.
"Si conseguimos alcanzar este escenario de crecimiento, se invertirá la tendencia actual del ingreso nacional bruto per cápita (PIB) y se lograría llegar a un crecimiento anual de tres por ciento", dijo. “Luego de 10 años, creo que podríamos incrementarlo en más de 1,5 millones de yenes con respecto al nivel actual", añadió.
En su acostumbrado tono determinante, Abe prometió enfrentar sin vacilar cualquier eventualidad que se interponga en su camino hacia el desarrollo. "El mercado puede mostrar reacciones inestables, pero no tendré dudas. Me aseguraré de que las tres 'flechas' logren el objetivo final”, señaló.
Como primera reacción, las bolsas asiáticas cerraron en rojo, con los principales índices arrojando pérdidas: El Índice Nikkei perdió 3,83%, colocándose en 13.014 unidades; el Hang Seng de Hong Kong bajó un 0.97%, cerrando en 22.069 y el Straits Times de Singapur hizo lo propio reduciéndose un 1,46%.
Por su parte, los analistas concluyen en que Abe no despertó el interés de los mercados, ya que las medidas anunciadas habían sido promocionadas anteriormente. Msamichi Adachi, de JP Morgan Japón, indicó que “muchas medidas anunciadas no tienen sentido, no comprendo cómo piensan alcanzar sus metas”. “Las reformas que las autoridades japonesas quieren implementar tardarán demasiado tiempo para ponerse en práctica”, recalcó Nick Maroutsos, de Kapstream Capital. El escepticismo reina en los mercados en estos momentos, ante la sensación de que las metas son demasiado difíciles de alcanzar.