El banco central de Tailandia votó ayer por unanimidad recortar su tasa básica del 2,75% en un cuarto de punto porcentual el miércoles en un intento por detener un fuerte aumento en el baht. Tailandia se une a otros países asiáticos en el establecimiento de un precedente de moneda en devaluación que puede dejar a otras economías emergentes sin más opciones que seguir su ejemplo.
Una medida de flexibilización económica en los EE.UU. y de austeridad en Europa ha enviado a los inversores extranjeros a Asia en busca de mayor rentabilidad e hizo brotar el valor del baht de Tailandia, que en abril alcanzó su nivel más alto frente al dólar desde la crisis financiera asiática de 1997.
Esta afluencia de fondos extranjeros está causando grandes problemas en Tailandia, con los exportadores preocupados de que sus productos se vuelvan demasiado caros. El presidente japonés Shinzo Abe ya ha puesto medidas para devaluar el yen, lo que ya ha puesto las cosas difíciles a sus vecinos asiáticos. La semana pasada el gobierno de Tailandia redujo su pronóstico de crecimiento de las exportaciones del 11% al 7,6% para 2013 y el ministro de Finanzas de Tailandia ha estado ejerciendo presión públicamente sobre el gobernador del banco central para que adopte nuevas medidas.
El Banco de Tailandia también está considerando controles adicionales, incluyendo tasas por las ganancias de capital realizadas por los tenedores de bonos extranjeros y períodos mínimos de tenencia para los compradores extranjeros, para desanimar el flujo de dinero extranjero a Tailandia.
En caso de éxito de Tailandia en la devaluación del baht, el capital extranjero que ha estado fluyendo hacia el país puede ir a otra parte - Filipinas, por ejemplo, o Corea del Sur, que ya ha sido perjudicada por la devaluación de la moneda de Japón. China, con su moneda devaluada también puede terminar beneficiándose de gran parte de los fondos extranjeros.