La caída de los precios del petróleo está demostrando ser la peor desde el colapso del sistema financiero en 2008 y amenaza con tener el mismo impacto mundial que la caída de los precios de hace tres décadas, que llevó a la crisis de deuda de México y al fin de la Unión Soviética.
Rusia, el mayor productor del mundo, ya no puede confiar en los mismos ingresos petroleros para rescatar a una economía que sufre por las sanciones europeas y estadounidenses. Irán, también recuperándose de sanciones similares, tendrá que reducir los subsidios que han aislado en parte a su creciente población. Nigeria, luchando contra una insurgencia islámica, y Venezuela, paralizada por problemas políticos y económicos, también se encuentran entre los mayores perdedores a raíz de la decisión de la Organización de Países Exportadores de Petróleo de la semana pasada de dejar que la fuerza del mercado determine lo que algunos expertos dicen que será la primera caída libre en décadas.
“Esto es un gran shock en Caracas, en Teherán, en Abuja”, dijo Daniel Yergin, vicepresidente de la consultora IHS con sede en Englewood, Colorado y autor de una historia del petróleo ganadora del premio Pulitzer. “Hay un cambio en la psicología. Va a haber un mayor grado de incertidumbre”.
Caída en el bombeo
En EE.UU., el precio del barril de petróleo ha caído desde más de 100 dólares a alrededor de 70 dólares en sólo cuestión de meses y el gas es ahora más barato de lo que ha sido en años. Pero un informe reciente realizado por el Instituto Americano del Petróleo afirmó que el petróleo costaría el doble de lo que costaba ahora si no fuera por el boom del fracking de Estados Unidos, que extrae petróleo y gas natural de esquisto depositado a kilómetros bajo tierra.
“El boom del esquisto va a la par con el auge de las punto.com”, dijo a Bloomberg el magnate petrolero ruso Leonid Fedun de OAO Lukoil. “Los jugadores fuertes permanecerán, los débiles desaparecerán”.
La decisión de la OPEP de mantener un objetivo de producción de 30 millones de barriles por día fue visto como un reflejo de la visión de sus miembros de que el dolor a corto plazo era necesario para ejercer presión sobre productores rivales de EE.UU., que necesitan precios del petróleo moderados para cubrir. Arabia Saudita, el líder de la OPEP, parece estar esperando a impulsar los precios por debajo del nivel donde la producción de petróleo de esquisto es económica. Los expertos dicen que la producción de petróleo de esquisto se vuelve demasiado costosa en los 60 dólares por barril.
“Esta reducción de precios de los productos derivados del petróleo ha ahorrado a los consumidores estadounidenses un estimado de 63.000 a 248.000 millones de dólares en 2013 y se estima un ahorro acumulado de entre 165.000 y 624.000 millones desde 2008 hasta 2013”, según mostró el informe.