El banco central de Japón recortó su pronóstico de inflación y mantuvo su expansión monetaria sin precedentes debido a que el desplome de los precios del petróleo dificulta los esfuerzos para reactivar la tercera mayor economía del mundo.
El Banco de Japón aumentará la base monetaria a un ritmo anual del 80 billones de yenes (674.000 millones de dólares), según dijo hoy en un comunicado en Tokio. El Banco de Japón redujo su proyección de inflación al 1 por ciento para el año fiscal que comienza en abril.
El riesgo de que los precios al consumidor caigan brevemente este año mientras se desploma el petróleo subraya el desafío que afronta el gobernador Haruhiko Kuroda para alcanzar su objetivo de precio del 2 por ciento después de casi dos años de expansión monetaria récord. Sostiene que a largo plazo la economía se beneficiará de una factura energética más baja, con el banco central hoy elevando su estimación de crecimiento al 2,1 por ciento para el próximo año fiscal.
“Kuroda estará bajo presión para aumentar el estímulo”, según dijo Masamichi Adachi, economista de JPMorgan Chase & Co., antes de la decisión. “Debe ser cada vez más difícil para él para comunicarse con los participantes del mercado, con la economía esperándose que se recupere mientras que la inflación se está desacelerando debido a la caída del petróleo”.
El yen avanzó un 0,9 por ciento frente al dólar a 117,78 a las 12:57 horas, en Tokio. El índice Topix retrocedió un 1 por ciento.
Las perspectivas económicas del Banco de Japón, que son más optimistas que las previsiones del Fondo Monetario Internacional, coinciden con el impacto del debilitamiento esperado a raíz de un incremento de los impuestos sobre ventas del año pasado ya que la caída del precio del petróleo reduce los costes para algunas industrias. El PIB de Japón probablemente subirá un 0,6 por ciento este año y un 0,8 por ciento en 2016, según el FMI.