Los mercados de acciones de Asia y el euro cayeron en la sesión asiática el martes después de que los líderes griegos rechazaron un plan para solicitar una prórroga de seis meses para su programa de rescate de 240.000 millones de euros. Sin el apoyo necesario de los acreedores, Grecia podría enfrentarse a la bancarrota, lo que la obligaría a salir de la moneda común. La decisión de abandonar la extensión del rescate de seis meses fue una sorpresa para muchos analistas que esperaban que un acuerdo fuese alcanzado. Grecia tiene hasta el viernes para solicitar la extensión del rescate o el rescate finalizará a finales de febrero. El euro se mantuvo de forma segura lejos del mínimo de la semana pasada, pero cayó a 1,1332 durante la sesión asiática. La sesión terminó a 1,1350 dólares, una caída del 0,5% para el día.
El precio del oro subió el martes por cuarto día consecutivo a 1233.60 dólares por onza, mientras los inversores acudieron en masa a los activos de refugio seguro en respuesta a sus preocupaciones sobre Grecia. Los precios del petróleo se mantuvieron altos también en respuesta a las preocupaciones sobre la situación de Libia. Después de alcanzar un máximo de ocho semanas de 62,57 dólares por barril el lunes, los futuros del crudo Brent cayeron ligeramente a 61,74 dólares por barril durante la sesión asiática del martes. Los mercados americanos han cerrado desde el viernes debido al fin de semana del presidente y reabrirán para la sesión de hoy.
Mirando hacia el futuro
Aunque Grecia actualmente parece no tener un plan a largo plazo para solventar las dificultades financieras del país, muchos analistas se apresuran a señalar que el viernes está a un largo camino por recorrer y que tratos de esta magnitud se realizan a menudo en el último momento. Una encuesta reciente en Grecia mostró que el 81 por ciento de la población del país quiere permanecer en el euro, mientras que sólo un 30 por ciento de la nación apoyó el liderazgo en su firme postura en contra del rescate, incluso si esto significa la retirada de la moneda común. Este sentimiento abrumador, junto con el hecho de que Grecia está perdiendo unos 2000 millones de euros semanales, ofrece a los analistas el optimismo de que un acuerdo será alcanzado en el plazo fijado para el viernes.