El Banco de Japón (BOJ) el miércoles mantuvo sin cambios su estímulo monetario masivo, como se esperaba, haciendo hincapié en el hecho de que el número tres de la economía mundial se está recuperando ligeramente.
Por una votación de 8-1 al final de una reunión de dos días, las autoridades mantuvieron su compromiso de impulsar la base monetaria en 80 billones de yenes al año a través de la compra de bonos del gobierno y activos de riesgo, un programa de flexibilización cuantitativa (QE) que lleva implantado desde abril de 2013.
El Miembro de la Junta del Banco Takahide Kiuchi fue el único disidente, proponiendo que el Banco de Japón recorte sus compras de activos a 45 billones de yenes al año, pero fue rechazado por mayoría de votos.
El par dólar-yen cayó sobre las noticias, cotizando a 119,99 desde 120,14, mientras que el índice Nikkei 225 subió un 0,8 por ciento a un máximo de 15 años de 19.810.
En una declaración complementaria, el Banco de Japón dijo que la inflación al consumidor, con exclusión de la subida de impuestos de ventas, que entró en vigor el año pasado, se sitúa actualmente en el cero por ciento y permanecerá así por un tiempo debido al colapso en los precios del petróleo.
El Banco de Japón tiene el objetivo de impulsar la inflación al consumidor al 2 por ciento a finales del año fiscal en curso, un objetivo que parece cada vez más remoto, con los precios al consumidor permaneciendo planos después de un breve periodo de subidas el año pasado.
Muchos analistas han aconsejado que el BOJ amplíe su programa de flexibilización cuantitativa para proporcionar un mayor apoyo a la economía, que está luchando por recuperarse de una recesión el año pasado, pero otros argumentan que hay un límite a la cantidad de estímulo monetario que puede ayudar.