La decisión del Banco de Reserva de Australia (RBA) llegó en el último momento en su reunión de política monetaria el martes, con el resultado de un recorte de la tasa de interés pese a las preocupaciones de los responsables políticos por unas ganancias del dólar australiano y de los precios de casas demasiado fuertes.
“El RBA no puede tener su pastel y comérselo”, dijo Capital Economics en una nota la semana pasada. “La única manera de asegurarse de que el dólar australiano se debilite, lo que apoyaría a la economía real, es reducir las tasas de interés, pero esto impulsaría un mercado de la vivienda ya caliente”.
La expectativa pública era que el RBA recortaría y mantendría un sesgo expansivo sobre la reducción de las perspectivas de crecimiento y esto es de hecho lo que ha sucedido.
Otros analistas, incluidos los de Goldman Sachs, Moody’s Analytics y AMP Capital pronosticaron un recorte de tasas de interés de 25 puntos básicos a un mínimo histórico del 2 por ciento en lo que sería primer movimiento del banco central desde febrero. IG señaló que el mercado de swaps está valorando una posibilidad del 62 por ciento para un recorte.
El caso para la acción del RBA sigue siendo fuerte, señaló Shane Oliver, jefe de estrategia de inversión y economista jefe de AMP Capital. Citó un débil panorama para la inversión empresarial y el riesgo de que el dólar australiano se recupere más, pero también advierte de que un tercer mes consecutivo de inactividad tampoco sería de extrañar.