La economía de Japón avanza a un ritmo más rápido de lo previsto. Los datos publicados el lunes mostraron que las exportaciones de abril subieron un 8,0 por ciento con respecto al año anterior, superando las expectativas y poniendo de relieve una recuperación estable de la demanda de exportación.
Al mismo tiempo, la tasa de importaciones cayó más de lo previsto, bajando un 4,2 por ciento sobre una base interanual, en comparación con las expectativas de un descenso del 1,5 por ciento.
El informe se publicó después de que el Fondo Monetario Internacional había advertido al Banco de Japón que las previsiones del banco central de alcanzar su objetivo de inflación del 2 por ciento era probablemente “demasiado optimista”. El FMI sugirió que, en lugar de depender de la debilidad del yen, Tokio debería aumentar sus esfuerzos en la reestructuración fiscal.
El Yen Sin Cambios
En reacción a los datos, el comercio del yen japonés se mantuvo sin cambios, mientras que el dólar se situó en ¥121.55. El Nikkei tocó un nuevo máximo de 15 años en el inicio del comercio.
El índice de precios al consumidor de Japón (IPC) para marzo subió un 2,2 por ciento respecto al año anterior, dando al BOJ una razón para posponer sus planes originales de alcanzar su meta de inflación a septiembre de 2016.
“Las cifras de exportación siguen reforzando nuestra opinión de que el componente de crecimiento de Japón está empezando a mejorar. El proceso de reforma estructural claramente va a ser complicado y más lento, pero ahora estamos pronosticando que las exportaciones supondrán el 33 por ciento de crecimiento de Japón (desde el actual 29 por ciento) desde ahora hasta el 2019”, dijo Martin Lakos, director en Macquarie.
“No esperamos fuegos de artificio en términos de crecimiento, sino un crecimiento positivo durante los próximos tres años desde ahora y hasta 2017 en la región desde el nivel actual hasta el 1,5-2 por ciento”, añadió.