El presidente del Banco Central Europeo, Mario Draghi, sacudió los gobiernos del euro el miércoles con su anuncio de que los planes de compra de bonos no terminarían antes de lo esperado. En cambio, actualizó las proyecciones de inflación a corto plazo diciendo en la conferencia de prensa mensual del BCE que “los mercados deben acostumbrarse a períodos de mayor volatilidad”.
Su declaración llevó a los rendimientos de las notas del Tesoro a 10 años de Estados Unidos a una subida de dos días, subiendo 10 puntos básicos al 2,36 por ciento, la mayor subida en cuatro meses y dejando a los valores alemanes con su peor caída en dos días de la era del euro.
“El BCE no parece demasiado preocupado por la reciente volatilidad, por lo que eso es una luz verde para que la volatilidad continúe sin que el BCE reaccione”, dijo Owen Callan, un estratega de renta fija de Cantor Fitzgerald LP en Dublín.
Sin estrategia de salida
Según Draghi, el Consejo de Gobierno del BCE no está ni siquiera considerando una “estrategia de salida” para su programa de compra de 60.000 millones de euros al mes, citando un “largo camino por recorrer” antes de que el banco central alcance su meta de inflación de cerca del 2 por ciento.
El BCE había proyectado originalmente una inflación anual del 0,3 por ciento en la zona euro para 2015, del 1,5 por ciento para 2016 y del 1.8 por ciento para 2017. Después de la publicación de las cifras de marzo de 2015, estas cifras se han revisado para 2015, pero siguen siendo iguales para 2016 y 2017.
Draghi no se mostró sorprendido por la corrección de la inflación, que resultó según las propias previsiones del BCE. En su intervención en la conferencia de prensa después de anunciar la decisión de tipos del banco, Draghi dijo “tenemos que mirar más allá del medio plazo, hasta que se hayan alcanzado los objetivos de una manera sostenida”.