Grecia y sus acreedores han fracasado una vez más en lograr un acuerdo. En cambio, los socios del euro el lunes respondieron a la situación con otro plan de contingencia para poner fin al actual estancamiento económico.
Básicamente, el acuerdo estipula que los acreedores darán a Atenas otra oportunidad de realizar su propio plan y muestra que están dispuestos a esperar hasta el final de la semana para ver si el país puede cumplir con las disposiciones actuales del plan de emergencia y evitar ser expulsado de la zona euro.
Los ministros se reúnen el jueves y el viernes en Luxemburgo.
El presidente francés, Francois Hollande, advirtió de la posibilidad de que las negociaciones se rompan. “He dicho a menudo: precaución, llegamos ahora a un período que puede ser turbulento si no se logra ningún acuerdo”, dijo durante una visita a la exhibición aérea en Le Bourget, cerca de París.
Plan de rescate financiero
El plan de emergencia se remonta al programa de rescate introducido en 2013 en Chipre e incluye un control gubernamental de los pagos griegos de Europa los fines de semana. Esto requeriría que los bancos permaneciesen cerrados en Grecia durante unos días, además de una restricción a los retiros diarios de los cajeros automáticos y a los pagos electrónicos a nivel local, así como en el extranjero. Estos controles fueron diseñados para evitar una salida masiva de billetes del banco. Estas medidas ahora han sido completamente retiradas.
Los expertos financieros consideran que esta medida perjudica a los EE.UU. ya que los inversores se apartarán del euro y acudirán a los bonos del Tesoro de EE.UU., causando condiciones de mercado turbulentas, algo que la Fed no quiere que suceda.