El acuerdo entre Grecia y la Eurozona pudo haber sido firmado la semana pasada pero, sin la aprobación final del parlamento alemán, ninguna cantidad de dinero puede ser transferida.
La Canciller Angela Merkel instó a los legisladores a respaldar las negociaciones, aduciendo el caos financiero que podría producirse en Grecia y en el resto del mundo si el plan de rescate no se pone en marcha de inmediato.
Contra todo pronóstico, la mayoría de parlamentarios acordó iniciar conversaciones sobre el tercer programa de rescate por una suma de 86 mil millones de euros ($ 94 mil millones). 439 parlamentarios votaron a favor de las negociaciones el viernes, mientras que 119 votaron en contra.
Christoph Schmidt, economista y asesor de Merkel, opinó sobre la votación que: “El Bundestag enviará su respuesta principal hoy y luego tendremos que ir paso a paso".
No todos los miembros de la Zona Euro están a favor de un nuevo plan de rescate y, aún en Alemania, el país que está más en deuda con Grecia, muchos legisladores discrepan con la próxima ronda de financiamiento.
El Ministro de Finanzas alemán, Wolfgang Scheauble, por ejemplo, apunta al pasado rechazo de Grecia hacia las medidas de austeridad y sigue creyendo que una salida temporal de la Zona Euro - o Grexit - habría sido un mejor curso de acción.
Reducción de la Deuda
Algunos miembros de la Zona Euro siguen siendo escépticos sobre la efectividad de otorgar nuevos préstamos a Grecia y exigen una reducción de la deuda como un movimiento alternativo.
Según Christine Lagarde, Directora del FMI, un alivio en la deuda podría ser la clave para que el acuerdo sea sostenible, agregando que "la ampliación significativa de los vencimientos de deuda y los plazos de reembolso podrían ser suficientes."
Bob Parker, Asesor Senior de Credit Suisse, estuvo de acuerdo y declaró que "... a largo plazo, se tendrán que hacer reducciones en la deuda de Grecia."