Los ministros de Finanzas de la zona euro el viernes dieron luz verde a un plan de rescate por valor de 85.000 millones de euros para Grecia, una indicación interpretada por algunos legisladores como una señal definitiva de que Grecia está interesada en seguir siendo miembro de la zona euro.
La aprobación del rescate se produjo a pesar de la creciente resistencia dentro del partido de Syriza de Alexis Tsipras, así como sobre las preocupaciones sobre la sostenibilidad a largo plazo de la deuda pública de Grecia.
Algunos miembros de la zona euro se preocupan por el grado de participación del Fondo Monetario Internacional que permita a Atenas cumplir con la fecha límite de pago del 20 de agosto con el Banco Central Europeo.
Merkel Se Reafirma
Volviendo tras unas pequeñas vacaciones de verano, la canciller alemana, Angela Merkel, el domingo trató de tranquilizar a los legisladores escépticos de que el FMI podría participar en el nuevo acuerdo de rescate. Ella dijo a los periodistas que estaba segura de que Christine Lagarde, directora del FMI, haría todo lo posible por participar si se cumplen todas las condiciones del acuerdo.
“Lagarde, la presidenta del FMI, dejó muy claro que si se cumplen estas condiciones (reforma de las pensiones griegas y alivio de la deuda), entonces recomendará al consejo del FMI que el FMI participe en el programa a partir de octubre”, dijo Merkel. “No tengo dudas de que lo que dijo Lagarde se convertirá en realidad”.
El Parlamento alemán tiene previsto aprobar el paquete para Grecia en una sesión especial que tendrá lugar en el Bundestag el miércoles.
La aprobación alemana del rescate es casi segura, pero algunos miembros creen que el FMI podría esperar hasta octubre para decidir si participar. Si ese fuera el caso, eso obligaría a los legisladores a votar sin ninguna garantía de que el FMI participará.