Zhou Xiaochuan, gobernador del Banco Popular de China, prometió a los funcionarios de finanzas de los Estados Unidos, Japón, Europa y otras economías importantes que no va a debilitar el yuan para impulsar las exportaciones. En su intervención en el inicio de la reunión del G-20, Zhou intentó tranquilizar a unos mercados financieros nerviosos sobre el manejo de Beijing de su economía y la moneda.
El gobierno comunista está luchando por defender su reputación de competencia económica tras una serie de inestabilidad en el mercado de valores y monetaria y una preocupación clave, a pesar de las repetidas negativas, sobre si Pekín permitirá que el yuan baje para apoyar a los exportadores.
Zhou dijo que los representantes en la reunión del G-20 deben centrarse en la gestión de la demanda mundial sombría, en las reformas económicas estructurales y en “promover el crecimiento sostenible y equilibrado”.
Las bolsas de China se desplomaron de nuevo en la víspera de las reuniones del 26-27 de Febrero mientras las tasas de interés crecientes indican una menor liquidez.
De acuerdo Lu Ting, economista jefe de Huatai Securities Co. en Hong Kong, “la caída de las acciones ha sido provocada por la decepción de los inversores sobre la capacidad del gobierno para llevar a cabo reformas económicas. Cualquier recuperación en el mercado de valores se basará en los resultados concretos de las reformas, no en palabras sin contenido”.
OCDE
Mientras tanto, la Organización para la Cooperación y el Desarrollo Económico (OCDE) pidió a las 20 economías más grandes del mundo que acelerasen el ritmo de reformas para impulsar el crecimiento económico en medio de un comercio e inversión débiles. “El caso para las reformas estructurales, junto con el apoyo a las políticas de demanda, sigue siendo fuerte como para levantar de forma sostenible la productividad y la creación de empleo”, dijo el informe de la OCDE preparado para la reunión del G20.