El yen japonés subió por quinto día consecutivo el jueves, ganando hasta un 1,7% a 107,92 frente al dólar y alcanzando el nivel más alto desde el 19 de octubre de 2014, justo antes de que el Banco de Japón sorprendió a los mercados al aumentar su programa de flexibilización cuantitativa, QE.
Cayó durante toda la noche hasta el viernes después que el ministro de Finanzas japonés, Taro Aso, afirmó que los movimientos rápidos de divisas eran indeseables y que se deberían tomar las medidas apropiadas según sea necesario. Una moneda más débil ayuda a los exportadores de Japón y a los beneficios empresariales, por lo que algunos economistas sostienen que un yen al alza es malo para el negocio.
El yen sigue siendo la moneda más fuerte desde antes de que el banco central ampliase el estímulo monetario en octubre de 2014 y subió cerca de un 10% frente a la divisa estadounidense este año. El descenso no está mostrando señales de disminuir.
El Descenso No Cesa
De acuerdo con el secretario del gabinete, Yoshihide Suga, “Estamos viendo el mercado de divisas con una sensación de tensión”, y “el gobierno cree que los movimientos excesivos y desordenados en el tipo de cambio tienen un efecto negativo”.
Algunos analista predicen que el yen podría subir otro 8 por ciento este año, apuntando a 105 como el nivel en el que los políticos considerarían intervenir para vender, mientras que otros creen que el Banco de Japón hará un movimiento, dada la próxima reunión del G-7, que Japón albergará los días 26 a 27 de mayo.
La cumbre es vista como el punto focal de la estrategia diplomática del primer ministro, Shinzo Abe, para el año y cualquier intervención temprana para debilitar el yen podría destruir cualquier posibilidad que tanga de liderazgo del G-7.