El Banco de Japón está dispuesto a ampliar el estímulo monetario si continúan las débiles expectativas de inflación. En declaraciones antes de una reunión de los líderes financieros del G-20 en Washington esta semana, el gobernador del BOJ, Haruhiko Kuroda, desestimó la opinión de que la decisión del banco central de enero de adoptar tasas de interés negativas se dirigió directamente a debilitar el yen para impulsar las exportaciones de Japón y destacó que hay “muchas maneras” para lograr su ambicioso objetivo de precio.
En un seminario organizado por la Universidad de Columbia el miércoles, Kuroda dijo “Puedo decir claramente que nuestra política monetaria... no está dirigida a los tipos de cambio”.
El Banco de Japón decidió en enero añadir tipos de interés negativos a su programa de compra de activos masivo en un nuevo intento de lograr su objetivo de inflación del 2 por ciento, una medida que no tuvo éxito en frenar la fortaleza del yen. En cambio, el cambio de tipos llevó la confianza empresarial japonesa a su nivel más bajo en casi tres años y debilitó las expectativas de inflación, causando aún más presión sobre el Banco de Japón para hacer más para apuntalar la economía en crisis.
Sin Señales de Debilidad
Kuroda desestima el punto de vista sostenido por sus críticos de que la decisión de implementar tasas negativas era una señal de que el Banco de Japón ha dejado de tener herramientas de política monetaria y dijo en la reunión que el Banco de Japón tiene espacio para recortar las tasas aún más profundamente en territorio negativo.
El consejo de política del Banco de Japón tiene previsto reunirse los días 27-28 de abril y dará a conocer sus previsiones trimestrales sobre los precios y la economía, además de una decisión de política monetaria. Puede que tenga que cambiar su proyección de que la inflación llegará a un 2% la primera mitad del año fiscal 2017 si los supuestos en los que se basa, por ejemplo, movimientos del precio del petróleo, cambian.