El presidente de Venezuela, Nicolás Maduro, el sábado prorrogó el estado de emergencia económica en el país de América del Sur durante 60 días. El presidente también amenazó con controlar las fábricas “ociosas” y encarcelar a sus propietarios que están tratando de “sabotear el país” mediante la detención de la producción.
La extensión del estado de emergencia se produjo después de que los manifestantes a favor y en contra del gobierno salieron a las calles en respuesta a la crisis económica que ha estado padeciendo el país desde enero. Los enfrentamientos se produjeron la semana pasada entre las fuerzas de seguridad y manifestantes que protestaban contra la escasez de alimentos, recortes de energía y estancamiento del gobierno. Ha surgido una crisis de salud pública y la situación ya se ha cobrado la vida de muchos venezolanos.
El partido de la oposición en Caracas ha recogido 1,8 millones de firmas en una petición para forzar un referéndum revocatorio. Las firmas han sido cuestionadas por su validez, sin embargo, por el gobierno actual y las autoridades electorales actuales han rechazado verificar la petición, que es el siguiente paso necesario en el proceso de referéndum.
¿Culpa De Petróleo?
Los analistas creen que la raíz del problema es el modelo socialista de Venezuela, introducido por Hugo Chávez a finales de 1990, que se basó sólo en un factor: altos precios del petróleo. Cuando los precios cayeron, el gasto populista no pudo mantenerse por su sucesor, alcanzándose una inflación de 3 dígitos y la economía se colapsó.
De acuerdo con altos funcionarios de inteligencia de Estados Unidos, hay pocas posibilidades de que el presidente Maduro sea capaz de completar su mandato, que termina a finales de 2018, y que Venezuela podría ver una caída de su gobierno tan pronto como este año. Con la escasez que experimenta el país, probablemente también incumplirá con el pago de su deuda internacional.
Los políticos estadounidenses creen que ahora poco se puede hacer para cambiar la situación de rápido deterioro y están tomando una postura de esperar y ver. La principal preocupación de Estados Unidos es que se derrumbe uno de los principales países de América Latina.