A pesar de que hoy se celebra un día festivo importante en EE.UU - Día del Trabajo-, incluso antes de que toque la campana de Nueva York los precios del petróleo crudo ya se habían disparado en un 5,56% desde la apertura de Tokio.
El precio del petróleo crudo WTI abrió justo un pelo por encima de $ 44 por barril, para luego alcanzar un máximo de aproximadamente $ 46,50 por barril durante la sesión de Londres. Desde Londres entonces, el precio ha ido cayendo de manera constante aunque no con tanto impulso como el aumento inicial. Desde la apertura de Nueva York el precio empezó a disminuir de forma continua durante casi cuatro horas, desde el máximo de $ 46.50 a un mínimo de $ 44,84 por barril (un descenso del 3,57%), para luego mostrar impuso otra vez y situarse al momento de la escritura en $ 45,17.
Incluso considerado la típica alta volatilidad del petróleo crudo, estos movimientos fueron realmente salvajes. El salto inicial fue causado por la noticia de que los representantes de Arabia Saudita y Rusia estaban discutiendo una serie de medidas para estabilizar los mercados potenciales, incluyendo incluso la posibilidad de una congelación de la producción. Sin embargo, una vez que se inició la conferencia de prensa del Ministro de Energía de Arabia Saudita, Khalid Al-Falih, el precio comenzó a descender rápidamente puesto que los mercados se dieron cuenta de que no había indicios de una congelación inminente. Fue un caso clásico de "compra el rumor, vende el hecho".
Aunque el líder ruso Vladimir Putin dijo el jueves pasado que él quiere ver a Rusia y la OPEP llegar a un acuerdo sobre la congelación de la producción del petróleo, parecería que las propuestas detalladas a este efecto aún no se ha discutido seriamente por las partes, cuyas discusiones en las reuniones del G-20 se centran más en cuestiones de seguridad, principalmente en el caso sirio.