Por: DailyForex
Mirando hacia atrás en los libros de historia, uno puede señalar el período moderno temprano en los siglos XVII y XVIII para los primeros esfuerzos de regulación de los mercados financieros. Los holandeses generalmente son acreditados como los pioneros, cuando prohibieron la venta en corto en 1610, pero tal vez el ejemplo más popular es la aprobación por parte del Parlamento británico de la Ley de Burbujas en 1720. Inicialmente preparado como una prevención para los diversos planes de inversión causados por el llamada South Sea Bubble, estudios posteriores revelan que el principal motivador fue evitar que otras burbujas financieras se formaran y compitieran con South Sea Company, una sociedad anónima establecida en 1711. La ley en sí misma prohibía estrictamente la formación de otras sociedades anónimas a menos que el la Corona lo aprobara.
Eso fue antes y esto es ahora; en el siglo XXI posmoderno, los organismos reguladores tienen una comprensión mucho más firme (y menos sospechosa) sobre el control del mercado financiero, mientras que el propio mercado se ha vuelto mucho más complejo. Sin embargo, los tres principales pilares y razones de la regulación financiera se han mantenido básicamente iguales; mantener la confianza en el sistema financiero, mejorar la estabilidad del sistema financiero y proteger a los consumidores.
Los cambios serán desafiantes, pero bienvenidos. "Incluso después de todos los grandes cambios regulatorios que cambiaron el panorama financiero desde la crisis en 2008, los comerciantes e inversores siguen siendo vulnerables a las dificultades financieras",
"Esto se debe en parte a la falta de información, pero también a un comportamiento cuestionable de parte de algunos proveedores financieros. En esta época de avanzada tecnología, donde es mucho más fácil para las compañías de servicios financieros aparecer en línea, a los reguladores les cuesta más mantenerse al día ".
Dentro de la Autoridad Europea de Valores y Mercados (ESMA), una autoridad reguladora líder con el objetivo de tapar las lagunas que aún permiten que la corrupción se filtre. En 2018, se buscarán dos iniciativas importantes para hacer las vidas un poco más difíciles para las firmas financieras, todo en un esfuerzo por mantenerse fieles a los tres pilares principales que han regido los procedimientos regulatorios durante siglos.
MiFID II
La segunda Directiva de Instrumentos Financieros de Mercados (MiFID II) ya entró en vigencia el 3 de enero de 2018. Se basa en la regulación inicial puesta en práctica en noviembre de 2017, con el objetivo de hacer las medidas de inversión más transparentes para los dos tipos principales de traders (minorista e institucional) especialmente con respecto a las divulgaciones reglamentarias estandarizadas. En resumen, solicitó que las empresas financieras notifiquen al cliente todos los costos y cargos transaccionales e institucionales antes de que se realicen los compromisos. Incluido en esto fueron los impuestos de administración, custodia, entrada y salida de fondos y asesoría.
Lo que es más interesante, MiFID también requirió que estas cifras se presenten como un porcentaje en la moneda local del cliente. MiFID II, como cualquier buena continuación, se basa en las fortalezas de su predecesor y elimina cualquier incertidumbre. Se ha extendido una red más amplia de legislación para incluir monedas, productos básicos y productos de crédito (así como cualquier derivado) e introdujo políticas más rigurosas para la protección del fondo del cliente.
GDPR
El Reglamento General de Protección de Datos está programado para el 25 de mayo de 2018 y, como su nombre indica, se enfocará en el fortalecimiento de la protección de datos, específicamente dentro de la Unión Europea.
El objetivo general es doble: ayudar a los consumidores a recuperar el control de su información personal y racionalizar las características regulatorias de las empresas. No cumplir con GDPR tendrá consecuencias importantes, por lo que las empresas están en alerta máxima para realizar los cambios necesarios de acuerdo con la nueva iniciativa.
Uno de los planes más flagrantes y discutidos dentro de la nueva regulación afectará directamente a los traders financieros, a quienes se les exigirá que revelen toda una serie de datos personales y confidenciales antes de realizar cualquier transacción. GDPR, por supuesto, mantendrá esta información completamente privada. La regulación también entregará fuertes multas a las instituciones que no sean transparentes en términos de divulgación de infracciones de datos.
Tanto GDPR como MiFID II son monstruos reguladores que tendrán un fuerte impacto en los servicios financieros que operan bajo ESMA. La buena noticia es que la primera semana de enero bajo MiFID II ha tenido pocas o ninguna complicación, aparte de que ESMA se ha visto forzada a retrasar algunas implementaciones debido a la falta de información sobre los llamados "pools oscuros" (plataformas privadas para inversores para negociar grandes volúmenes sin revelar intenciones a sus contrapartes). Se advierte a los traders que no se agachen y corran; "Algunas de estas nuevas reglas de MiFID II, y las que anticipamos de GDPR, pueden parecer graves, pero todas tienen un objetivo final grande y positivo en mente: proteger al consumidor".