No hay duda de que los analistas están preocupados por el estado de la economía estadounidense. Incluso la Reserva Federal está preocupada, y sus miembros han mostrado su preocupación recortando los tipos de interés por primera vez en diez años, en lo que la Reserva Federal llamó un ajuste de medio ciclo (aunque muchos analistas postulan que podría ser el primer paso hacia una política monetaria más fácil). Para complicar las cosas, la curva de rendimiento invertida de la semana pasada en el mercado del Tesoro de los Estados Unidos señaló una recesión inminente y provocó una venta en Wall Street que repercutió en todo el mundo.
Stephen Suttmeier, del Bank of America-Merrill Lynch, ha dicho que a pesar de las fuertes pérdidas recientes en Wall Street, no se llegará al fondo hasta que el pánico se intensifique y el S&P 500 caiga otro 5 por ciento. Suttmeier ha pronosticado que las acciones tardarán semanas en encontrar su fondo. La guerra comercial ha reducido el valor de mercado del S&P 500 hasta en un 6,8 por ciento desde que alcanzó su punto máximo el 26 de julio.
Sin embargo, a pesar de las preocupaciones de los analistas y de las recientes ventas de acciones, el presidente de Estados Unidos, Donald Trump, dijo el domingo que no espera una recesión. "Lo estamos haciendo tremendamente bien", dijo Trump a los periodistas. "Nuestros consumidores son ricos. Les hice un tremendo recorte de impuestos y están cargados de dinero". El asesor económico de la Casa Blanca, Larry Kudlow, hizo comentarios similares, afirmando que "no hay recesión a la vista". Los consumidores están trabajando. Sus salarios están subiendo. Están gastando y ahorrando.
El asesor comercial de la Casa Blanca, Peter Navarro, reiteró el mismo optimismo, y dijo a ABC en "Esta semana" que "tenemos la economía más fuerte del mundo y el dinero viene aquí para nuestra bolsa de valores".
Según el comentario de CNBC, los comentarios de Washington durante el fin de semana tenían el propósito de contrarrestar las afirmaciones de los candidatos presidenciales demócratas que citaron las políticas económicas y políticas erráticas de Trump por el aumento de la volatilidad del mercado en los últimos meses. El presidente Trump se mantiene firme en su línea partidaria de que las disputas comerciales con China no han perjudicado en absoluto a la economía de Estados Unidos, mientras que los candidatos demócratas (y muchos analistas de mercado) han señalado debilidades específicas en la economía de Estados Unidos que se han derivado directamente de la guerra comercial.
Los analistas esperan ahora la decisión del lunes sobre si los EE.UU. permitirán que el polémico gigante tecnológico chino Huawei compre suministros a empresas estadounidenses. El presidente Trump ha dicho que no está listo para un acuerdo comercial con China, y la incapacidad de llegar a un acuerdo con respecto a Huawei probablemente escalará el acuerdo comercial en lugar de servir para calmarlo.