El gobierno de Estados Unidos ha estado presionando para que se establezca una tasa impositiva mínima para las empresas a nivel mundial, en un intento de evitar que éstas se trasladen a países de baja tributación para no pagar impuestos más altos en su país.
El gobierno de Biden está actualmente preocupado por la posible erosión de su base fiscal, sobre todo teniendo en cuenta sus intenciones de aumentar las tasas del impuesto de sociedades. En fechas recientes, Biden anunció su plan de aumentar la tasa del impuesto de sociedades hasta el 28%, una medida criticada por Demócratas y Republicanos por igual, añadiendo que sigue abierto a un compromiso e insistiendo en que los recortes del impuesto de sociedades de Trump solo beneficiaron a los ricos.
"No escuché a ninguno de nuestros amigos, que critican este plan, decir que no se pagó el recorte de impuestos a las empresas, que añadió US$2 trillones a la deuda, la gran mayoría de la cual fue a parar al 1% más alto de los asalariados", comentó Biden.
El objetivo de la subida de impuestos es pagar el paquete de infraestructuras de US$2 trillones propuesto recientemente por Biden, que ha sido muy criticado y al que se oponen los Republicanos, dado que sólo un 5% de ese paquete se destinaría realmente a desarrollar infraestructuras. Biden respondió que está dispuesto a debatir la cuestión y destacó que el compromiso es inevitable, aunque advirtió contra la inacción.
La secretaria del Tesoro, Janet Yellen, pidió un tipo mínimo global del 21%, afirmando que es necesario para evitar una carrera hacia el fondo de 30 años. Se refería al hecho de que los países han estado recortando las tasas en un intento de atraer la inversión empresarial.
El director del Banco Mundial, David Malpass, advirtió del peligro de fijar tasas impositivas demasiado altas, ya que podría afectar a los países más pobres. No obstante, afirmó sentirse animado por el renovado interés en las conversaciones sobre las tasas de interés impositivas a nivel mundial, que se habían estancado.
"Lo fundamental es que haya crecimiento para los países de todo el mundo", explicó, y añadió que, dado que las tasas impositivas son importantes para todos, es necesario que haya un entorno legal que atraiga nuevas inversiones empresariales a los países desfavorecidos.
La tasa mínima global del 21% propuesta por Yellen puede ser demasiado alta, según Malpass, aunque evitó hacer más comentarios sobre este tema.
Los ministros de Finanzas del G-20 pretenden llegar a un acuerdo para mediados de 2021. Según Reuters, tanto Francia como Alemania (que actualmente lideran la Eurozona) están de acuerdo con el planteamiento de Estados Unidos y están dispuestos a hacer lo que sea necesario para tener un acuerdo listo en junio.
El G-20 también acordó ampliar la iniciativa de suspensión del servicio de la deuda, que supondría el aplazamiento de US$5.7 billones en pagos, lo que favorecería a los países en desarrollo.