Según los últimos pronósticos, los efectos del Coronavirus en el presupuesto del Gobierno de Australia pueden durar los próximos 40 años.
Las previsiones apuntan a que la tasa de natalidad australiana descenderá significativamente en las próximas cuatro décadas, lo que podría suponer un serio problema si no vuelven las medidas habitualmente favorables a la inmigración. Como consecuencia de este descenso de la natalidad, la población sería de unos 1.200.000 habitantes menos de lo que se estimaba anteriormente.
Anteriormente, se esperaba que la población aumentara hasta casi 40 millones en 2054-2055, aunque ahora se estima que llegará a 38.8 millones debido a los efectos de la pandemia.
"Una población que no crece tan rápido no es un verdadero inconveniente, es la estructura de edad de la población lo que nos lleva a un par de preocupaciones", comentó un portavoz de The Demographics Group. "Si tienes una población que envejece, tienes menos trabajadores por jubilado que soportan el costo que el jubilado genera para el país".
Explicó que, dada la grave situación financiera y el incierto panorama, la gente debería reconsiderar la incorporación de más miembros a sus familias.
Australia ha tenido un éxito relativo en la contención de la propagación del COVID-19. Desde el comienzo de la pandemia, se han registrado unos 30.529 casos, incluidas 910 muertes, lo que la convierte en uno de los países menos afectados del mundo.
Hasta ahora se han distribuido 7.374.666 dosis de vacunas entre los australianos, y 1.19 millones de personas están ya totalmente vacunadas, lo que supone alrededor del 4.7% de la población. El gobierno ha sido muy criticado por la relativa lentitud de la distribución de las vacunas, y algunos argumentan que si un mayor porcentaje de la población estuviera vacunada, no sería necesario imponer bloqueos.
Finalmente, el país se ha enfrentado a nuevos brotes en su territorio norte, principalmente en Australia Occidental y Queensland. Esto empujó a los líderes estatales a considerar la posibilidad de reunirse con el Primer Ministro Scott Morrison.
El tesorero Josh Frydenberg afirmó que el país se enfrenta actualmente a un momento crítico en su lucha contra el virus, lo que ha empujado a varios estados a restringir sus fronteras para evitar una mayor propagación de la enfermedad. Según Frydenberg, el país se enfrenta ahora a una nueva fase de la pandemia debido a la propagación de la cepa delta.
Esta situación hizo que Nueva Zelanda suspendiera su burbuja de viajes libres de cuarentena con Australia, que se abrió en abril de este año.
Hacia las 6:50 GMT, el Dólar Australiano subía un 0.08% frente al Dólar Estadounidense, alcanzando el nivel de 0.7591. Desde el comienzo de la semana, el australiano ha avanzado un 0.11% frente al billete verde, ganando terreno por segunda semana consecutiva.