El S&P 500 ha tenido un mes muy fuerte para octubre, rebotando desde una línea de tendencia ascendente importante. Esto, por supuesto es una señal muy a bullish, especialmente porque la primera vela del mes fue un martillo. Fue precedida por otro martillo, y el hecho de que todo se alineara al mismo tiempo para subir es una buena señal. El mercado cerró el mes de octubre amenazando el nivel de 4600, pero al final del día esto es sólo otra figura grande, redonda y psicológicamente significativa que será superada. Por ello, es posible que el mercado lo vea sólo como una barrera temporal, pero que finalmente acabará en el espejo retrovisor.
Por lo tanto, el nivel de 4400 debería ofrecer un soporte significativo, especialmente porque la línea de tendencia al alza también se encuentra allí. Por último, también tenemos la EMA de 50 semanas situada justo debajo del nivel de 4200. Considero que en última instancia, si sufrimos un breakdown por debajo del nivel de 4200, podría ser un comprador de opciones puts, pero eso es lo más negativo que podría hacer. Después de todo, el S&P 500 es una forma de jugar al crecimiento, y como estamos pasando por la temporada de ganancias, tiene cierto sentido que haya un poco de "repunte de alivio" ya que las ganancias no han sido malas.
Las cifras económicas han sido relativamente decentes, y los rendimientos por supuesto han estado en consonancia. El S&P 500 continúa superando lo que se puede obtener en el mercado de bonos, ya que los rendimientos todavía no están a la altura de la inflación. El Dólar estadounidense ha estado cayendo, y eso también debería ayudar a la idea de que el S&P 500 se eleve, ya que hace que las exportaciones sean más baratas. No obstante, el impulso es positivo y, por supuesto no va a cambiar pronto. En esta coyuntura, cualquier caída a corto plazo será comprada, y es muy probable que veamos un intento de alcanzar el nivel de 4700 para cuando lleguemos a final de mes. El cuarto trimestre tiende a ser bastante fuerte, ya que los gestores de fondos de cobertura tratan de compensar un rendimiento mediocre para el año una vez más, comprando todas las acciones de gran nombre que constituyen la mayor parte del factor impulsor para que el S&P 500 aumente. Recordemos que los índices de Estados Unidos no tienen una ponderación igualitaria, por lo que sólo un puñado de valores hace que todo se mueva.