En marzo de 2014, el dólar podía comprar 35 rublos rusos; al final de la jornada de ayer, el mismo dólar compraba casi 68,4 rublos lo que significa que el valor del rublo casi se ha reducido a la mitad en tan sólo diez meses. La principal razón que subyace a la caída de la moneda rusa es la caída del precio del petróleo, con la cotización del Brent desplomándose de $ 106,7 a $ 48,8 por barril en la actualidad. Añadiendo a esto las sanciones occidentales sobre la anexión de Crimea y la interferencia en Ucrania (como las potencias occidentales lo ven) no debería ser una sorpresa que Standard and Poors han recortado su recomendación sobre el crédito ruso. S & P ha decidido rebajar la calificación crediticia de Rusia en un escalón a BB +, que está por debajo de su calificación de grado de inversión, relegándolo a la categoría de basura.
Sobre su decisión, un S & P comentó que “la flexibilidad de la política monetaria de Rusia se ha convertido en más limitada y sus perspectivas de crecimiento económico se han debilitado.”
Las otras dos principales agencias de calificación, Moody’s y Fitch’s mantienen la capacidad crediticia de Rusia calificada en un punto por encima de la basura. Se espera que la economía rusa se contraiga al menos 4% en el transcurso de 2015.
Las acciones y bonos rusos bajaron ante la noticia de la decisión de S & P. El rublo se ha reducido en más de un 17% hasta el momento desde antes de Navidad. Hasta cierto punto, el movimiento de S & P había sido previsto y cotizado ya por los inversionistas, pero si las otras agencias calificadoras siguen la misma tendencia (o los precios del petróleo bajan aún más), Rusia enfrentará problemas mucho más serios.