El lema del comercio al por menor de que "el cliente es el rey" es un concepto importante al hacer pronósticos sobre la dirección de una economía. En los Estados Unidos por ejemplo, algo así como el 70% de la producción nacional se consume en el mercado interno y, por supuesto, el consumidor es una parte clave de esto; en consecuencia, su sentimiento es un indicador económico muy relevante de la demanda futura (o la falta de la misma).
El viernes pasado, el primero después del día de Acción de Gracias, se conoce como Viernes Negro y es tradicionalmente considerado como el inicio de la temporada de los gastos de fin de año previo a la Navidad y el Año Nuevo. El sector minorista se basa en la facturación durante el fin de semana de Acción de Gracias (y el siguiente lunes, conocido como Cyber Monday) para darse una idea de la posible demanda durante el período festivo. Las ventas del fin de semana fueron más fuertes que en el periodo comparable en el 2011 por un saludable 13%, según la Federación Nacional de Minoristas (NRF). Según la NRF, los estadounidenses gastaron $59,1 billones el fin de semana con 247 millones de visitas a las tiendas (la población de USA es de aproximadamente 200 millones de personas). La compra promedio total aumentó de $ 398 (2011) a $ 423 este año. El Cyber Monday facturó entre un 20 y un 27% más que en 2011.
La encuesta más reciente sobre la confianza del consumidor para noviembre ha registrado el mejor nivel desde febrero de 2008 con una lectura de 73,7. El estado de ánimo más optimista se ha relacionado con las recientes mejoras en la situación de empleo en los Estados Unidos. Tomado en conjunto con otra encuesta que mostró que octubre había visto las mejores cifras de compra de maquinaria y equipo durante cinco meses, parece que Estados Unidos se siente más optimista sobre su futuro. Este estado de ánimo de optimismo no va a durar a menos que los políticos republicanos y demócratas puedan resolver sus diferencias sobre impuestos y recortes de gastos y evitar que la nación se sumerja en un "precipicio fiscal" en el día de Año Nuevo.