Pocas personas han oído hablar de BIS, o Banco de Pagos Internacionales, pero es una especie de banco central de la banca central. BIS fue creado en 1930 con el objetivo de supervisar los reembolsos (reparaciones de guerra) impuestos a Alemania al final de la guerra en virtud del Tratado de Versalles. Es la institución financiera internacional más antigua del mundo y se centra en la cooperación internacional de los bancos centrales. Su objetivo es promover la estabilidad monetaria y financiera de la comunidad internacional. BIS tiene una membresía de 60 bancos centrales como la Reserva Federal de EE.UU., el Banco de Japón, el Banco de Inglaterra, el Banco Central Europeo y el Banco Popular de China.
En su informe anual, el BIS ha pedido que se ponga fin a la era en que los bancos centrales "hacen lo que sea necesario" para apoyar a sus respectivas economías a través de medidas de estímulo como la flexibilización cuantitativa y canjes de bonos que han estado en vigor, en diversos grados, desde que la crisis financiera mundial golpeó hace seis años.
El BIS argumenta de que los bancos centrales han desempeñado su papel en el fomento de la recuperación económica y que, para fomentar el retorno a un crecimiento fuerte y sostenible, son los gobiernos los que deben hacer más. En su opinión, lo peor de la crisis ha quedado atrás y los gobiernos deben apoyar a sus economías mediante la reforma de los mercados de trabajo y hacer frente a los problemas estructurales que impiden el crecimiento. Alegó que las acciones de los bancos centrales del mundo habían ganado "tiempo para que otros actúen" y que las reformas deben ser promulgadas para restaurar la productividad y el crecimiento y la consolidación de los balances fiscales y balances de reparación. Las medidas de estímulo han permitido a algunos gobiernos reducir los costos de mantenimiento de su déficit al forzar a la baja los costos de endeudamiento a largo plazo a través de planes para comprar bonos del gobierno. Si bien esto es obviamente algo bueno (en el nivel de estado-nación), el BIS sostiene que ha permitido que el sector privado (bancos) retrasen las reformas pendientes que son necesarias para el crecimiento sostenible en el futuro.