La chispa que encendió la crisis de la moneda única europea fue la revelación de que Grecia había eludido sus calificaciones de entrada al euro y tenía un déficit mucho mayor que el permitido. Esto llevó a los inversores a preguntarse si Grecia podría cumplir con sus obligaciones y a presionar la subida del interés que el país debería pagar en los mercados de deuda a niveles insostenibles. Para permanecer en el Euro, Grecia tuvo que obtener dos rescates de la UE/FMI y emprender una reforma económica radical y las medidas de austeridad. La crisis financiera mundial ha provocado el colapso de una burbuja inmobiliaria en Irlanda, lo que finalmente obligó a la nación a un rescate. Portugal y Chipre también necesitaron rescates soberanos formales y España necesitó apoyo para apuntalar su sector bancario después de que su propia burbuja inmobiliaria se derrumbó.
La crisis de la deuda soberana europea amenazó con destruir el euro y vio la caída en el valor de la moneda frente a otras monedas importantes. Mientras se resolvía cada drama el valor de la moneda se recuperó, sólo para caer de nuevo cuando apareció la próxima ola. Un factor decisivo para calmar los mercados fue el anuncio por parte del Banco Central Europeo (BCE) que proporcionaría apoyo ilimitado para los bonos emitidos por un Estado miembro beneficiario de un rescate de la UE/FMI. Sin embargo, ese no fue el final de la turbulencia Euro.
El Presidente francés, Francois Hollande, parece estar tratando de poner punto final a la crisis de la deuda soberana europea. Durante una visita a Japón, el señor Hollande dijo a empresarios líderes: "Lo que hay que entender aquí en Japón es que la crisis en Europa ha terminado. Creo que la crisis, lejos de debilitar la Zona Euro, la fortalecerá. Ahora tenemos todos los instrumentos necesarios para la estabilidad y la solidaridad. Hubo una mejora en la gobernanza económica de la Zona Euro; hemos creado una unión bancaria, tenemos reglas sobre cuestiones presupuestarias que nos permiten estar mejor coordinados y tener una forma de convergencia”. Hay mucho que decir sobre este pensamiento positivo.
Si bien parece que los rumores sobre una salida griega o chipriota de la Zona Euro prácticamente han terminado, la crisis está lejos de terminar. Eslovenia podrá exigir un rescate por los problemas de su sector bancario. La situación política en Italia sigue siendo frágil y no tomaría mucho para hundir al país más profundamente en una crisis económica. Mientras que España está ocupada en la reforma de su economía, está sufriendo un desempleo masivo; Francia también está experimentando su peor período de desempleo en 15 años. La Zona Euro ha estado en recesión durante los últimos 18 meses, el periodo más largo de su historia. Sin duda, es demasiado pronto para afirmar que la crisis ha terminado, no importa lo bien que esto pueda sonar.