China es la segunda mayor economía del mundo, pero es la única que es aún en gran medida una economía de mando, la cual responde a los designios del gobernante Partido Comunista. Esto le da a China más margen de maniobra que cualquiera de sus principales competidores. El país ha disfrutado de varios años de crecimiento económico que serían la envidia de cualquier país industrializado líder, pero tiene también una población de 1,35 billones –la nación más poblada del mundo-. Es asimismo, el cuarto país más grande del mundo.
China necesita ahora tomar medidas para afrontar una reducción del crecimiento económico, ocasionada en gran parte por la débil demanda mundial de sus productos debido a las secuelas de la crisis financiera. Las medidas incluyen nuevos proyectos de infraestructura a lo largo del río Yangtze (carreteras, ferrocarriles y aeropuertos) destinadas a reforzar los vínculos entre Shanghai y las provincias de menor desarrollo. De forma paralela, el banco central incentivará a los bancos a reforzar los préstamos a los exportadores, con la intención de dar un empujón a las exportaciones del país.
China viene tratando de estimular la demanda interna con el fin de garantizar un crecimiento sostenible, pero para esto necesita que la población tenga un ingreso sostenible para garantizar un aumento del consumo. Mientras que una minoría ha pasado a las filas de los millonarios a medida que el país coqueteaba con el capitalismo, es evidente que la gran mayoría aún no se ha visto beneficiada.
El crecimiento de China se ha desacelerado del 7,7% en el cuarto trimestre de 2013 a "sólo" un 7,4% en el primer trimestre de este año. Existe la preocupación de que a medida que China reequilibra su economía de exportación impulsando más la demanda interna el crecimiento se acelerará. Esto explica por qué el gobierno central está impulsando el crecimiento a través del gasto en productos de infraestructura. El Consejo de Ministros de Estado declaró a la agencia de noticias Xinhau que: "Un mejor uso del llamado “Rio Azul” impulsará la integración económica entre las regiones desarrolladas y empobrecidas e inyectar nueva energía en el crecimiento económico de China." Se estima que las 11 provincias y sus municipios adyacentes al rio Yangtzé representan el 41% del PIB de la nación.